31 may. 2024

Urgen soluciones al problema
de la movilidad urbana

Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.

En una conferencia de prensa, el intendente de Asunción, Óscar Rodríguez anunció que se tomó la decisión de suspender el contrato con el consorcio Parxin, según él, tras “varios estudios” y un informe del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic), en el que le advertían que la aplicación y el software implementado por la empresa Parxin no reunían los requisitos correspondientes.

El manejo del tema muestra la forma improvisada con la que nos gobiernan. Al final del proceso, y habiéndose iniciado la implementación se hicieron notorios los errores en la app y otras cuestiones. Por otra parte, no se debe dejar pasar el hecho de que el Municipio de Asunción tuvo que recurrir a una oficina del Estado paraguayo para evaluar la aplicación de un servicio que ya había sido tercerizado.

El sistema del estacionamiento tarifado lleva ya más de una década siendo discutido, debatido y cuestionado. El proceso se inició durante la administración del intendente colorado, Arnaldo Samaniego, quien en mayo de 2015 vía ordenanza municipal convocó a una licitación para la concesión para la explotación del estacionamiento tarifado. Posteriormente, en diciembre del mismo año, el entonces intendente, Omar Pico (ANR) adjudicó licitación al consorcio Parxin, y meses después una de las empresas del consorcio ya no aparecía. De hecho, en el año 2023, la Contraloría en su informe señalaba que no quedaban claros cuáles eran las empresas que conformaban el mencionado consorcio.

El inicio de la implementación del control no solamente resultó improvisado, sino que además fue evidente el bajo nivel de inversión para la misma ciudad. Los conductores se encontraron con algunos carteles, calles mal pintadas y una aplicación que apenas funcionaba. Frente a esto se entendía claramente que la mayor parte del costo lo tendría que pagar el usuario, sin recibir nada a cambio. Según un cálculo, el costo del estacionamiento representaba el 38% del salario mínimo y de todo lo recaudado, la firma se quedaría con 65% de las ganancias, más 40% por multas y por servicios de grúas y cepos.

Por otra parte, al tercerizar el estacionamiento no se resolvían cuestiones fundamentales como el desorden del tránsito ni el tema social y económico que significa la existencia de los llamados cuidacoches.

La improvisación de las autoridades no queda demostrada solamente con el puntual y concreto caso del estacionamiento tarifado; con eso han venido demostrando –asimismo– que desconocen por completo el complejo problema que supone la movilidad urbana en este siglo XXI. Esto también fue patente cuando el año pasado se intentó implementar una reducida red de bicisendas y, al final, terminaron ganando los automovilistas y empresarios de la calle Palma.

Se debe gobernar con datos y uno a tener en cuenta es el desmedido aumento del parque automotor que ha crecido sin planificación precisamente por la falta de un sistema nacional de transporte público eficiente. Esa es la razón de las largas filas en las horas pico y la tremenda y cotidiana congestión en las entradas y salidas de la capital. Hay datos que señalan que cerca del 50% de los vehículos registrados están concentrados en la capital y en el área metropolitana.

Con urgencia las autoridades nacionales y municipales deben planificar un sistema de transporte público que tenga cobertura en áreas en donde actualmente no llega el servicio. La única solución para el caos actual es mejorar el servicio de transporte y ofrecer alternativas de movilidad (trenes, sistema de buses rápidos, bicisendas) para una ciudadanía que tiene derecho a tener mejor calidad de vida.

Más contenido de esta sección
El alto peso de las remuneraciones en el total del gasto público siempre llama la atención de la ciudadanía, a pesar de que con respecto a otros parámetros está por debajo de los estándares internacionales. Esto no sería un problema si fuese acompañado por calidad en la gestión pública, lo cual nunca será posible sin una carrera seria y rigurosa en la función pública basada en méritos y resultados de la gestión. Los casos de nepotismo muestran la fuerte injerencia político-partidaria en las decisiones que se refieren a los recursos humanos.
El contexto económico internacional cambió con respecto a los últimos años. La demanda externa favoreció a Paraguay como productor y exportador de commodities de bajo valor agregado y calidad. Hoy, el mundo exige estándares de calidad a la producción y la juventud paraguaya busca empleos en mejores condiciones que en el pasado. Esos resultados solo son posibles con emprendimientos e inversiones productivas, lo que a su vez exige seguridad jurídica, una condición debilitada por la actuación irresponsable de los políticos.
La seguridad laboral no puede ser considerada como una concesión a los trabajadores, pues es uno de los derechos básicos. En la última semana, hubo dos accidentes en fábricas por fuga de amoníaco. Uno dejó dos fallecidos y decenas de heridos; un obrero resultó herido por el derrumbe de un silo y varios obreros quedaron atrapados en un edificio en construcción debido a un incendio. El Estado debe asumir su rol y garantizar que las empresas cumplan con los estándares de seguridad y protejan la vida de los trabajadores.
Después de observar la manera en que la mayoría colorada cartista y sus satélites operaron para lograr la pérdida de investidura de la senadora opositora Kattya González, resulta más que evidente que esta mayoría parlamentaria podría, si así lo quisiese, resolver de manera expeditiva el tema del nepotismo o formular desde esa instancia algunas respuestas a algunos de los más acuciantes problemas que aquejan al país. No cabe, sin embargo, en este tema ninguna dosis de ingenuidad cuando la fuerza termina imponiéndose a la razón.
El Senado aprobó, finalmente, la resolución por la cual pierde su investidura la senadora Kattya González. El bloque colorado cartista y sus satélites consumaron un verdadero atropello a la Constitución Nacional, cuando decidieron interpretar a su antojo la Carta Magna y cambiar arbitrariamente el reglamento de la mayoría. Al final de la jornada; sin embargo, en la sala de sesiones los argumentos para la expulsión de la senadora quedaron en un segundo plano. Ayer fue, sin duda, un día amargo para la democracia.
Una perversa forma de celebrar los 35 años de democracia en el Paraguay se está pergueñando en el Congreso de la Nación. El sector que ostenta la mayoría pretende hoy hacer abuso de instrumentos constitucionales con el exclusivo objetivo de echar del Parlamento a la senadora Kattya González. Para lograrlo, la bancada cartista quiere modificar nuevamente el reglamento que les permitirá aprobar la pérdida de investidura con mayoría simple, el cual se había modificado en diciembre para evitar que destituyeran a dos de sus correligionarios.