15 may. 2024

Tres meses de tiempo

Luis Carlos Irala

Tras siete meses de cuarentena oficial, el Gobierno decretó días pasados el levantamiento de varias restricciones, que fueron impuestas como medidas preventivas para frenar la expansión del Covid-19 en el país.

Con muchas ganas la sociedad toda y los distintos sectores económicos se aprestan para reiniciar las actividades y tratar de recuperar algo de lo perdido en el semestre.

Las autoridades sanitarias entienden que esta “libertad controlada” irá hasta fin de año siempre y cuando las personas respeten las medidas sanitarias y no se produzcan nuevos brotes de contagios. En pocas palabras nos dan tres meses de tiempo para ver si el virus definitivamente ya está controlado y si es factible normalizar las actividades en medio de ciertas condiciones sanitarias.

El celo extremo por parte de las autoridades sanitarias fue desafiado en más de una oportunidad por las personas que reclamaban el reinicio de las actividades para generar ingresos económicos mínimos para cubrir gastos básicos.

Es que la situación económica con miras al cierre del año 2020 se torna bastante complicada. A los varios meses de cuarentena y paro económico ahora se suma la sequía que está afectando la producción ganadera y agrícola.

Esta sequía afectará con más fuerza a la agricultura familiar campesina, pues cuenta con menos recursos técnicos y económicos para hacer frente a situaciones adversas como la falta lluvia, factor fundamental para iniciar los trabajos de preparación de la tierra y el cultivo.

La convergencia de estas dos situaciones, cuarentena y sequía, obliga a los agentes económicos a extremar recursos para hacer frente a situaciones muy adversas e inesperadas.

Los empresarios dedicados al cultivo mecanizado están en mejores condiciones de hacer frente a la situación, aunque de persistir la sequía tampoco será fácil sobrellevar la situación y se pueden estimar menores rendimientos en los cultivos y pérdidas en algunos casos.

Para una mejor evaluación de lo que será la zafra agrícola también habrá que esperar hasta finales de este año para tener una estimación más aproximada del perjuicio para los productores.

El sector de la ganadería ya está sufriendo los embates de la sequía como la falta de pastura. Para sostener la producción están realizando mayores inversiones en compra de forrajes y alimentos balanceados.

Ante la premura por vender el ganado antes que pierdan más peso es posible que el precio baje, pero con el correr de los meses es probable que los cortes vacunos sufran aumentos y también el precio de la leche. Estos mayores precios impactarán en el costo de la canasta familiar y es ahí donde la población toda sentirá los impactos de eventos que parecen lejanos, pero que a la larga golpean la economía doméstica.

La reapertura del Puente de la Amistad es, sin duda, unos de los hechos más esperados y que, según anuncios oficiales, se dará este jueves 15 de octubre. Los comercios fronterizos están prestos para la reapertura y se están tomando todas la medidas sanitarias recomendadas por las autoridades del Ministerio de Salud.

La expectativa es tan grande, pero habrá que ver cuál es el comportamiento de los compradores que vendrán del lado brasileño.

Es de esperar un paulatino reinicio del comercio, pero alcanzar niveles de ventas similares a los que se dieron hasta antes de la pandemia posiblemente llevará su tiempo. De hecho, Ciudad del Este ya venía sufriendo un decaimiento en sus ventas debido a la pérdida del poder adquisitivo del real brasileño y por la baja capacidad de los compristas.

Ahora ya nos enfilamos hacia finales del año, con muchos desafíos, pero por lo menos con mayor libertad para realizar las tareas cotidianas.

La ciudadanía toda debe ser responsable y acatar las medidas para llegar al 31 de diciembre y tener un poco de reserva para iniciar enero.

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