06 jun. 2025

Tortura APP

Los torturadores hacen noticia. En el Paraguay condecoraron a uno. En Estados Unidos proponen condecorar a varios. El de la propuesta es Dick Cheney, vicepresidente durante la presidencia de George Bush (entrevista en NBC, Meet the Press, 14/12/12). Durante aquella presidencia se creó un sistema represivo cuyos principales autores morales fueron Cheney y Bush. Los autores materiales fueron los que sometían a los presos a la tortura del agua; para ellos quiere Cheney las condecoraciones, por haber salvado a la patria.

Sin embargo, el reciente informe del Congreso norteamericano sobre la tortura dice que los apremios físicos fueron inefectivos. Ya lo había dicho en el siglo XVIII el penalista italiano César Beccaria, quien señaló lo contraproducente de la tortura como método de investigación policial. Dos siglos antes, Nicolás Maquiavelo consideró pernicioso el uso de los mercenarios en la guerra. Maquiavelo no era un ejemplo de moral: de su nombre deriva la palabra maquiavelismo. Pero, como hombre práctico, él sabía que, sin un mínimo de moral, todo se descontrola. Era lo que pasaba en Italia cuando los ejércitos de mercenarios, hombres que mataban por dinero.

Las guerras de Irak y Afganistán fueron privatizadas: en los países ocupados hubo menos soldados norteamericanos que mercenarios, llamados contratistas privados. ¿Por qué? Por el prejuicio ideológico de que siempre el sector privado es más eficiente que el público y por corrupción.

El 85% de los torturadores norteamericanos de esas guerras fueron contratistas privados. La agencia de seguridad menos popular fue Blackwater, expulsada de Irak en 2007 por matar civiles desarmados. Más discreta, Diligence era consultora de las empresas que participaban en las obras de reconstrucción de Irak; conseguía los contratos para sus clientes por sus contactos con Neil Bush, hermano del presidente. SAIC, otra consultora, recomendó atacar Irak antes de que Husein usara sus armas de destrucción masiva. Después se vio que Husein no las tenía, y que toda la información era falsa. ¿Quiénes hicieron un estudio sobre el tema? Los de SAIC, que en una reunión señalaron lo lucrativa que seguía siendo la guerra en 2006 (ver el libro de Peter Dale Scott, American War Machine). Poca reconstrucción hubo en Irak y Afganistán, donde los contratistas privados, además de ineficientes, fueron corruptos.

Como contrapartida, Europa se reconstruyó después de la Segunda Guerra Mundial con el Plan Marshall, lanzado por el Gobierno norteamericano. ¿Cuál fue la diferencia? Que el Marshall fue un proyecto gubernamental sin afán de lucro. El dinero pasaba del Gobierno norteamericano a los gobiernos europeos, con el propósito de recomponer las economías destruidas. Participaron empresas privadas, pero bajo un estricto control, no con la discrecionalidad de Blackwater y otras. Para marzo de 2013, las empresas privadas se habían embolsado 138.000 millones en Irak, informó la CNN; los resultados no se ven.

Del informe del Congreso norteamericano, unas 6.000 páginas, solamente se verán 500, muy retocadas; ningún torturador yanqui será procesado. Cheney dijo que está muy orgulloso de lo que hizo y tiene motivos: a él le salió muy bien su tortura APP.

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