El temporal dejó unas 150 familias afectadas, según comentó Teodoro Galeano, uno de los labriegos perjudicados.
Necesitan –dijo– la asistencia de las autoridades locales, departamentales o del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), ya que dependen de estos cultivos para sobrevivir. Confirmó que el perjuicio no solo fue en los cultivos e infraestructura, como mallas de media sombra, muchos quedaron con los techos de las casas totalmente perforados por las granizadas. “Mucho de los pedazos de hielo alcanzaron el tamaño de una galleta. En las plantaciones hortícolas destrozaron los cultivos de sandía, melón, mamón y entre otros que son frutas de estación y estábamos preparando para llevar a la feria esta semana. Fue una madrugada de terror, nunca vimos una granizada así, dejó mucho perjuicio a su paso”, relató.
Se estima que en los cultivos en campo abierto fueron aniquilados prácticamente, mientras los que tenían protecciones se salvaron. “Estimamos una pérdida del 70% y eso nos perjudica bastante”, indicó.
HUMEDAD. Narciso González, productor de tomate del distrito de Juan Emilio O`Leary, dijo que la tormenta en sí no provocó perjuicio; pero el problema se genera por la humedad que dejó a su paso que supera el 80%.
“Acá los compañeros no tienen invernaderos, media sombra, sistema de regadío, se depende mucho del clima totalmente. Es mucho el perjuicio que este año nos provocó. En nuestro distrito los productores de tomate somos uno 172 aproximadamente, después están otros compañeros en Juan León Mallorquín, Yguazú, Minga Guazú e Itakyry. Ahora veo que ya tenemos tomateros en Raúl Peña, pero todos estamos teniendo el mismo problema”, apuntó.
AÑO DIFÍCIL. Como cualquier trabajo la actividad agrícola también tiene sus altos y bajos, no obstante este año en particular, la temporada de lluvia y calor complicó aún más la producción del sector, según Virgilio Ramírez, elegido recientemente como secretario de la Central de Productores Hortícolas del Alto Paraná.
“Con este tiempo de mucha lluvia, viento y granizadas, muchos invernaderos se vieron afectados. Las medias sombras que prepararon los compañeros para esta época de calor se vieron perjudicados. El tomate, por ejemplo, necesita de media sombra. Parece lindo cuando se cosecha, pero al día siguiente todo ya se descompone, y allí comienza el problema”, lamentó.
En el caso del zapallo, comentó que ocurre lo mismo. Dice que parece estar muy bien al traerlo de la finca, pero cuando se almacena en la casa y se prepara el traslado a la feria al local de feria que funciona en el tinglado B, de propiedad municipal, en Ciudad del Este, rápidamente comienza a descomponerse.
“Ese es el problema que estamos teniendo. Les afecta mucho la humedad excesiva. Lamentablemente, el clima es uno de los factores que no podemos controlar. Para aquellos que tienen su producción al aire libre, cuando hay mucha agua, afecta la calidad del cultivo”, remató.