El senador opositor Ignacio Iramain cuestionó el autoaumento parlamentario de G. 32 millones a más de G. 38 millones, para algunos más, tildándolo como irracional, y señalando que otros países lo hacen de manera seria y con criterios. “Es muy fácil resolver un problema cuando hay voluntad política; fíjense el salario parlamentario sueco es de USD 7.200, pero para una renta per cápita de USD 56.000, la mitad de lo que gana un profesor básico, que gana USD 3.500... y los parlamentarios no tienen todos los privilegios con que cuenta este Congreso, tienen que pagarse la secretaria y hasta el café propio”, reclamó.
También señaló que cuentan con un Comité que define la estructura salarial, su criterio es soberano y no debe someterse a la aprobación del Parlamento.
“Ese comité está conformado por un presidente, que por regla es un juez jubilado, y dos representantes que suelen ser ex funcionarios públicos o periodistas, es decir, es un órgano autónomo que toma indicadores económicos para cualquier aumento, y eso no puede ser cuestionado por el Parlamento”, dijo.