En el Senado y en el Congreso cada vez hay más directores generales y, de acuerdo con la planilla, sus salarios, sumados a otros beneficios, igualan o superan incluso a lo que perciben los parlamentarios.
En total son 29 los que ocupan ese alto rango, de los cuales 21 dependen de la presidencia de la Cámara Alta, y otros 8 del Congreso.
Los directores generales ganan entre G. 15, 17 y 19 millones; a los que se suman los gastos de representación, que en algunos casos llegan a G. 5 millones o más; y también bonificaciones que son hasta G. 7 millones.
Haciendo una suma total, los mismos están percibiendo mensualmente, siempre, según la planilla del Senado, montos de G. 25 millones hasta más de G. 31 millones.
A modo de hacer un paralelismo, hay un monto diferenciado que reciben el presidente y los vicepresidentes del Congreso, en comparación a los otros 42 senadores.
En el caso del titular del Senado, cargo ocupado actualmente por Silvio Ovelar, su sueldo es de un poco más de G. 29 millones; y su gasto de representación un poco más de G. 7 millones. La suma supera G. 37 millones.
En cuanto a los vicepresidentes, primero y segundo, de la Cámara Alta, llegan a G. 36 millones, y los demás, un poco más de G. 32 millones, porque el gasto de representación es menos.
BACHILLERES EN AUGE. Aparentemente, para estar al frente de una Dirección General en el Congreso no hace falta tener ni siquiera un título, ya que figuran algunos que llegaron hasta el bachillerato, y en otros casos ni aparecen sus datos.
Predominan entre los profesionales los abogados; contadores; analistas de sistemas; licenciados en administración o de empresas, en psicología, filosofía y bibliotecología, y también una escribana.
Además de un secretario general, dependiente de la presidencia del Senado, también hay otro secretario. Ambos acompañan al presidente de turno en el momento de dirigir las sesiones.
Hay una Dirección General de Comisiones, que figura en el organigrama principal. Sin embargo, las más de 20 comisiones asesoras vuelven a tener sus direcciones, coordinadores y jefes.
La Dirección General de Administración Financiera, se vuelve a dividir en dos direcciones generales, una administrativa y otra financiera.
El director principal es Rubén Vázquez, quien justamente es uno de los que prácticamente iguala en el salario a los parlamentarios, ya que gana G. 31 millones entre salario y los demás beneficios.
En ese mismo rango están los otros dos directores que están bajo su supervisión; y entre los tres juntos casi alcanzan G. 100 millones.
oficina de información que no informa. Las autoridades del Congreso solían jactarse en forma permanente de contar con una oficina de atención a la ciudadanía y acceso a la información pública. Esto pasó a convertirse también en una dirección general, en la que está al frente la funcionaria permanente Gabriela Cantero Melgarejo, con profesión bachillerato.
A pesar de tener un salario que supera los G. 28 millones, cuando se le solicita informes específicos, como establece la legislación vigente, la misma se limita a “pasar la pelota” a otras direcciones, lavándose así las manos.
La misma está en connivencia con la directora general de Talento Humano, Norma Cardozo Vázquez, quien escuetamente alega, cuando se le piden datos precisos, que todos los datos que se solicitan figuran en la página web del Senado.
Cardozo Vázquez también está en la lista de los que superan el salario de los parlamentarios, ya que percibe más de G. 31 millones.
Rimbombantes. Varias de las direcciones llevan nombres llamativos, pero ni siquiera está especificado qué tipo de funciones cumplen, y en algunos casos quedan como si se crearan a medida.
A pesar que se eliminó la elección del Parlasur, se mantiene una dirección general del Parlamento del Mercosur.
La Bicameral de Presupuesto cuenta con una dirección general propia; al igual que la Comisión Nacional de Recursos Naturales; y el Fondo de Jubilaciones para miembros del Poder Legislativo, que solamente le compete a los mismos. Además, se superponen otras, como la de Ceremonial y Protocolo; y la de Relaciones Internacionales, que trabajan en forma separada.
