El presidente del gremio, Fernando Serrati, explicó que este es uno de los efectos de la fusión entre las empresas frigoríficas JBS y Athena Foods, acuerdo que se concretó en el 2018 y que, según los ganaderos, es el origen de la distorsión de precios.
“Cuando los precios suben y bajan hay incertidumbre, cuando vos no sabés lo que va a pasar, recortás los gastos que no son muy necesarios. Podés recortar todo lo que sea contratistas, que hacen reparación de alambrados, de infraestructuras, que hacen limpieza de potreros, de tajamares”, refirió el productor.
Asimismo, reconoce que dejar a un lado el mantenimiento de la infraestructura tendrá sus efectos a mediano y largo plazo. Como ejemplo mencionó las malezas que con el tiempo terminan por tumbar los alambrados, lo que a su vez puede ocasionar que el ganado se mezcle.
Serrati insistió en que el sector debe hacer planificaciones un año antes de vender el novillo. Desde la reproducción de los animales, el plan nutricional de los terneros y el cuidado sanitario.
“Esta incertidumbre hace que hoy estemos trabajando mal, no es solamente que se pierden puestos de trabajo, se pierden posibilidades de hacer negocios”, advirtió.
En cuanto a la alimentación de los animales, detalló que la estabilidad de los precios es fundamental, ya que una de las mejores opciones nutricionales, que es el engorde que se realiza en campos de la Región Oriental, cuesta G. 12.000 por kilo al día, pero la inversión no logra tener una rentabilidad en la venta final del bovino y, por tanto, representa un riesgo muy alto para los productores.
GANADO EN PIE. Una alternativa para esta situación es la exportación de animales vivos, especialmente al Brasil, pero hasta el momento los ganaderos no están consiguiendo los permisos del vecino país. Serrati alega que no hay barreras sanitarias para concretar esta comercialización, sino más bien cuestiones políticas.
Comentó que los productores brasileños son los que presionan a su Gobierno para evitar una mayor competencia de precios en su país en el mercado de venta de bovinos vivos destinados a los frigoríficos.
Leve suba es insuficiente
La ganadería pasó por su peor momento en mayo, cuando la cotización cayó a USD 2 por kilogramo vivo, en tanto que en setiembre el promedio escaló a USD 2,63 y en las primeras semanas de octubre a USD 2,8 por kilo.
La Appec pide que las industrias aumenten la utilización de su capacidad de faena de bovinos, ya que actualmente solo operan a la mitad. Esto ocasionó que la faena que se mantenía hace un par de años en dos millones de cabezas al año, disminuyera a 1,7 millones.
De acuerdo con el gremio, la mayor faena en los más de diez frigoríficos de exportación contribuiría a que los precios se estabilicen hacia arriba y que los productores vuelvan a apostar a las inversiones en el campo.