Por Andrés Colmán Gutiérrez / UNIÓN, SAN PEDRO
El cartel está allí, como si no hubieran pasado casi 23 años. A la entrada misma del pueblo de Unión, Departamento de San Pedro, a mano derecha de la calle principal de acceso, recibiendo a los visitantes que ingresan desde el cruce Guaica, sobre la ruta 3, por un camino de tierra, en parte cubierta con ripio.
Es un amplio predio rodeado por una cerca de alambre tejido, con un edificio de ladrillos color terracota, puertas y ventanas pintadas de rojo, rodeado de un césped verde y bien cuidado, con una bandera paraguaya y otra del partido colorado flameando en dos finos mástiles, y en el centro el detalle más llamativo, un cartel de madera, con fondo blanco y letras rojas, y la inscripción visible: “Seccional Colorada de Unión, Número 253, General Alfredo Stroessner”.
Admito que me sorprendió leerlo. Hace más de dos décadas que en Paraguay no se encuentran carteles que reivindiquen públicamente al dictador Alfredo Stroesner Mora, que gobernó el país con mano de hierro, desde que ascendió al poder con un golpe de Estado, el 4 de mayo de 1954, hasta que fue derrocado con otro golpe, dirigido por su consuegro, el general Andrés Rodríguez, el 3 de febrero de 1989.
<strong>Al día siguiente de la caída del dictador desaparecieron miles de carteles con la inscripción General Alfredo Stroessner, que daban nombres a ciudades, pueblos, colonias, calles, avenidas, escuelas, estadios, hospitales... pero aparentemente hasta Unión no llegó el viento de los cambios</strong>.
Unión es una pequeña y antigua población de casi 7.000 habitantes, en el Departamento de San Pedro, fundada en 1837 con el nombre de Capilla Unión. Se ha puesto en el centro de la información, en los últimos días, debido al reclamo de un grupo de indígenas que exigen al Estado paraguayo la compra de unas 7.862 hectáreas de tierra en la región, parte de la antigua estancia ganadera San Bernardo.
Quizás los colorados de Unión no lo saben, pero la Comisión de Verdad y Justicia, en su informe oficial, define al régimen de Alfredo Stroessner como “de carácter totalitario, que controló el comportamiento de la mayoría de la población paraguaya en todo el territorio nacional y en menor medida sobre los ciudadanos paraguayos en el exterior. El régimen fue totalitario porque ejerció su dominio sobre el conjunto de la sociedad paraguaya abarcando ámbitos de lo público y lo privado”.
Quizás tampoco saben que la Comisión de Verdad y Justicia, tras realizar investigaciones y recoger testimonios directos de 2.059 víctimas sobrevivientes de la dictadura, precisó que “hubo 9.923 personas, que sufrieron 14.338 hechos violatorios de sus derechos humanos: detenciones, torturas, ejecuciones, desapariciones y exilios”.
O quizás si lo saben... pero no les importa mucho.