18 may. 2024

Se debe modernizar el sistema de la aviación en el Paraguay

El trágico accidente de una avioneta de la Fuerza Aérea, que cayó a tierra el pasado martes en Ñu Guasu, ocasionando la muerte de siete tripulantes, con un sobreviviente que sigue en estado grave, vuelve a poner en el tapete la situación deplorable en que se encuentra la aviación paraguaya, con mucho equipo antiguo, en muchos casos obsoleto, sin una decidida política aeroportuaria que ayude a su modernización. Aunque se asegura que estaba en buenas condiciones de mantenimiento, la nave siniestrada llevaba más de 30 años de uso y ya había sufrido percances. Por su condición de mediterraneidad, el Paraguay requiere de un buen sistema de comunicación aérea, pero sigue siendo la deuda pendiente de sucesivos gobiernos. Urge invertir en modernizar la infraestructura aeronáutica.

Esta semana, el país entero ha sufrido una gran conmoción al haberse precipitado a tierra e incendiarse una avioneta Cessna 402, con matrícula 0221, a cargo de la Fuerza Aérea Paraguaya, causando la muerte de siete oficiales pilotos y técnicos, con un sobreviviente que sigue en estado grave.

Aunque todavía no hay datos precisos sobre las circunstancias que ocasionaron el accidente, el caso ha vuelto a poner en el tapete la situación deplorable en que se encuentra la aviación paraguaya, con mucho equipo antiguo, en muchos casos obsoleto, sin una decidida política aeroportuaria que ayude a su modernización.

La avioneta, que regresaba tras una misión técnica en la ciudad de Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, fue fabricada en 1989 y tenía más de 30 años de uso. Aunque los responsables aseguran que contaba con un buen servicio de mantenimiento, era evidente que se requería ya de una necesaria renovación.

Por su condición especial de mediterraneidad, pocos países como el Paraguay dependen de manera dramática de la interconexión aérea. Esta “isla rodeada de tierra”, como lo bautizara el gran escritor Augusto Roa Bastos, no posee costas sobre el mar, al igual que Bolivia, y su interconexión por carretera con otros países sigue siendo precaria e insuficiente.

La infraestructura aeronáutica, sin embargo, no se ha desarrollado significativamente en las últimas décadas. Los sucesivos gobiernos han dejado caer el parque de aviones de la Fuerza Aérea y tampoco han invertido en estimular condiciones para que crezca la aviación comercial y civil.

Tanto el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, en el área metropolitana de Asunción, como las aeropistas en otras ciudades del interior, tienen serios reparos por deficiencias en sus instalaciones. Una de las graves carencias que se arrastran es la falta de un adecuado sistema de radares que permita controlar mejor el espacio aéreo. Muchos analistas sostienen que esta falla es de propósito, para permitir la impunidad de los vuelos ilegales y el uso de pistas clandestinas para operaciones delictivas de tráfico de drogas y contrabando en puntos claves del país.

Hace algunos años, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) emitió un lapidario informe sobre la situación de la aviación paraguaya, destacando el hallazgo de 99 “sucesos” que debían ser subsanados por la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac). Advertía que los aeropuertos Silvio Pettirossi (Asunción) y Guaraní, de Ciudad del Este, no se hallaban en condiciones técnicas para operar con seguridad. Aunque se han intentado hacer correcciones, la cuestión de fondo no ha cambiado mucho.

Actualmente, la Fuerza Aérea Paraguaya es considerada una de las más débiles de la región, por su escaso número de aviones de combate, muchos fuera de servicio, según un reporte de la revista militar Diálogo.

La traumática experiencia sufrida debe llevar a una reacción positiva. Hay que desarrollar una política aeroportuaria con suma urgencia, invirtiendo de buena manera en modernizar la infraestructura aeronáutica.

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