En dicha celebración religiosa, el obispo Pistilli acompañado de los párrocos- consagró el Santo Crisma y bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Asimismo, los presbíteros, junto al Obispo, sintieron la unidad que los caracteriza como pueblo de Dios.
Este ritual es considerado muy importante, atendiendo la responsabilidad de los sacerdotes- puesto que son guías de la comunidad- pero también lo es la responsabilidad de los fieles cristianos con su apostolado y el compromiso nacido del bautismo.
La palabra crismal significa unción, y en ese sentido Jesús es el ungido por el Espíritu Santo, y como el, todos los cristianos hemos sido ungidos por el bautismo e incorporados en su misterio pascual.
“Ser parte del cuerpo de Cristo es un compromiso que implica seguir su ejemplo de ponerse al servicio de todos. La Iglesia presencia visible de Cristo entre los hombres y mujeres, y este servicio lo ejerce a través de la predicación de la Palabra de Dios, transmitida y enseñada por nuestros pastores y por medio de los sacramentos con los cuales se nos comunica la gracia y se edifica la misma Iglesia. Eso es lo que se celebró y se vivió en este día”, expreso el obispo.
La misa crismal es la fiesta de la iglesia misionera, en donde en torno al obispo y sus presbíteros se expresa la comunión que se debe testimoniar como discípulos-misioneros del Señor, convocados por él para dar vida a nuestros pueblos y comunidades, explicó el sacerdote católico.