La ruta es estratégica, ya que une a las ciudades de Alberdi y Pilar; así como a los puertos ubicados en las cercanías de Villeta. En la zona de Villa Oliva, se encuentran los grandes arrozales y todos los transportes de carga circulan sin el control de peso.
Los transportistas señalan que gran parte de la calzada proliferan enormes baches que en los días de lluvias se transforma en un peligro latente. Incluso, ya se registraron numerosos accidentes. El MOPC debe prestar una atención urgente. Con el correr de los días los cráteres aumentan y el tramo se torna intransitable.
El abandono salta a la vista. En algunos sectores, el camino quedó sin banquina; las malezas crecen tapando temerariamente la visual a los automovilistas que pasan a gran velocidad.
Los contratistas alegan que los suelos en esta parte del sendero están en la categoría de “dispersivos”. Esto obliga a un tratamiento con cal para atenuar los problemas. La ruta PY04, San Ignacio-Pilar, inaugurada en el 2000, al poco tiempo quedó intransitable por el mismo problema. JJB