La coronación de la advocación mariana, a cargo de los Heraldos del Evangelio, reunió a decenas de fieles que acudieron a renovar su consagración y pedir por la paz del mundo.
“Vivimos tiempos de mucha violencia y desconsuelo. La Virgen es la Reina de la Paz, y viene a traer serenidad a los corazones, a las familias y a las almas. Si no rezamos, no habrá paz nunca”, expresó el padre Roberto Melizalde.
Los Heraldos recordaron el mensaje esencial de Fátima: La necesidad de rezar el rosario y convertirse para alcanzar la paz verdadera.
‘‘Ella pidió: Recen el rosario por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores”, insistió el padre Melizalde en NPY.
Por su parte, el padre Kirthan Carlo destacó el creciente fervor del pueblo paraguayo. “Cada vez hay más sed de Dios y de amor verdadero. En medio de tanta violencia, la gente vuelve a buscar el rostro de la Virgen y el consuelo de la fe. La religiosidad popular está viva y en aumento”, aseguró.
El llamado “milagro del sol” ocurrido el 13 de octubre de 1917, es un evento que aconteció ante más de setenta mil personas en Fátima, donde el astro pareció descender sobre la multitud como signo de la presencia materna de María.
“Fue el sello de su promesa: ‘Estoy aquí, soy vuestra madre, arrepiéntanse y vengan a mí antes de que sea demasiado tarde’”, evocó Melizalde.
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Según los misioneros, la devoción a la Virgen de Fátima se ha extendido con fuerza en los últimos años.
“En el mundo hispano ya son casi tres millones los consagrados a la Virgen. Muchos que habían abandonado la fe volvieron al rezo diario y a los sacramentos.
La Virgen sopla sobre las brasas apagadas y vuelve a encender la fe”, afirmó el sacerdote.
Entre cantos y oraciones, los fieles elevaron sus intenciones “por la paz del mundo y la conversión de los corazones”, respondiendo al llamado que hace más de un siglo sigue inspirando esperanza y unidad en la Iglesia.