Por disposición del Ejecutivo venezolano a la moneda del país, el bolívar, se le quitarán cinco ceros, una medida compleja que entra en vigor mañana en medio del aluvión de ajustes económicos decretados por el Gobierno que han llevado a los ciudadanos a hacer compras en estado de angustia.
La simplificación monetaria, aunque necesaria a los ojos de todos, ha disparado el temor de los ciudadanos y la alerta de economistas y opositores ante las posibles consecuencias, pues se aplicará en un escenario de hiperinflación.
La moneda local tomará el apellido de “soberano” desde hoy, cuando empiece a circular una nueva familia de billetes con denominaciones más ajustadas a la inflación del país petrolero que, según el Fondo Monetario Internacional, cerrará el año en 1.000.000%.
Aunque los venezolanos enfrentaron con éxito una reconversión que quitó tres ceros al bolívar, en 2008 las características del nuevo proceso y sus respectivos pronósticos son, cuando menos, diferentes.
El país suramericano llega a este punto tras haber prorrogado en tres ocasiones esta reconversión y de que ahora se diera solo un mes a los ciudadanos para familiarizarse con el anuncio definitivo y apenas una semana para que se despojaran de los billetes de baja denominación que dejarán de ser legales.
Este hecho, particularmente, ha alimentado la hipótesis de posibles aumentos en el costo de productos y servicios subsidiados por el Estado como la gasolina, una sospecha que el mismo Maduro estimuló esta semana al anunciar su intención de limitar el subsidio y empezar a venderla a precio internacional.
Además, Maduro hizo el viernes otros anuncios entre los que destacan un aumento del salario mínimo de los trabajadores en 35 veces, lo que equivale a 723 o 45 dólares, según las tasas oficiales actuales de referencia en el país.