Las denuncias apuntan a la paralización dentro del ente rector de la educación terciaria, donde ciudadanos paraguayos y extranjeros con intenciones de ejercer sus profesiones en el país aseguran estar atrapados en un prolongado limbo administrativo.
Los afectados, principalmente, son personas que presentaron su documentación para la revalidación o reconocimiento de títulos universitarios, y hasta hoy no reciben respuestas ni avances concretos.
Según relatan algunos de los afectados, los expedientes ingresaron de manera oficial en abril de este año, con toda la documentación requerida.
El pasado viernes, el ministro de Educación, Luis Ramírez, asumió como presidente del Cones, tras un mes de la salida de Federico Mora.
El secretario del Ejecutivo, en su primera sesión, planteó la reorganización institucional para acelerar el análisis de proyectos educativos, mejorar la gestión y dar previsibilidad a las respuestas
“Hasta principios de junio el trámite avanzaba, pero desde entonces no se ha movido. Al consultar, nos dijeron que el puesto de la autoridad responsable de firmar las resoluciones estaba vacante y que no hay nadie más que pueda asumir esa función. No hay vicepresidente ni figura interina. Todo quedó estancado”, explicó una profesional consultada, quien pidió mantener su identidad en reserva.
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Los testimonios recabados coinciden en la falta total de información por parte del organismo. “No hay ningún comunicado ni cartel ni aviso oficial en la página web. Solo actualizaron las fotos de las nuevas autoridades. Mientras tanto, las personas con trámites en curso estamos sin saber qué hacer”, agregó.
La situación afecta especialmente a profesionales que llegaron al país con la intención de establecerse y aportar con su experiencia.
Algunos ya cuentan con propuestas de trabajo en instituciones públicas o privadas, pero no pueden ejercer legalmente sin la validación de sus títulos. Otros se encuentran impedidos de continuar estudios de posgrado o de rendir exámenes para matricularse.
“La incertidumbre es total. No sabemos si debemos esperar semanas, meses o más. Muchos ya están gastando todos sus ahorros. Nos sentimos desamparados, como si no importáramos”, expresó otra persona afectada.
Además del perjuicio económico, los afectados resaltan el costo emocional y el desgaste que implica la situación.
“No somos casos aislados. Hay paraguayos que estudiaron en el exterior y necesitan estos documentos para ascender en sus trabajos o acceder a mejores condiciones. Esta parálisis institucional los está frenando”.