08 nov. 2024

Presión colorada

Es la primera vez en estos casi seis meses de gobierno que Santiago Peña recibe una presión real. La diferencia con las anteriores crisis es que la resistencia ahora proviene de su mismo partido.

El proyecto de eliminar el Fonacide para crear una caja única que concentre todos los fondos para el almuerzo escolar tiene un elemento de conflicto, y es que los intendentes quedaron fuera de la administración de este dinero dulce, poco antes de las elecciones municipales de noviembre del 2026.

El proyecto proviene directamente de Peña y su equipo técnico, pero no se previeron los aspectos políticos. Son los mismos intendentes de Honor Colorado los que se levantan contra la propuesta y para intentar aplacar la furia, el presidente recibirá el martes a jefes comunales de cada departamento. Otra reunión importante será al día siguiente, el miércoles, en la Cámara de Diputados, donde se dará el primer estudio del proyecto.

El gobierno no tiene miedo a la oposición ni a un eventual levantamiento por el desfinanciamiento a programas sensibles como arancel cero en universidades, infraestructura de la educación, fondos de salud, investigaciones científicas, entre otros, que dan una señal de un enfoque político neoliberal en el que la ciencia o la garantía de servicios básicos no son prioridad. Todos estos programas se financian con el Fonacide, pero con esta propuesta, el total será destinado a la alimentación escolar, se calculan alrededor de USD 250 millones. El Ejecutivo promete que la mayoría de los proyectos serán cubiertos con el presupuesto general.

El desafío del gobierno de Peña es no ceder ante la presión que viene de su mismo movimiento, sobre todo porque no tiene el apoyo unánime en el Congreso, como en anteriores ocasiones, debido a que los intendentes hacen sus reclamos a los legisladores de sus departamentos pidiendo volver a ser incluidos. Es ahí donde está la real preocupación, que si no se gestiona con cintura política, volverá a perder la batalla, como ya sucedió con los gobernadores, ya que el proyecto original también los excluía. Todo se centraba en el Ministerio de Desarrollo Social, pero se tuvo que ceder. Solo quedaron fuera Central y Presidente Hayes, además de Capital.

Este es el momento de los negociadores, el principal de ellos, Pedro Alliana, el brazo político del Ejecutivo, quien tendrá que convencer tanto a parlamentarios como a intendentes.

Durante su viaje del viernes a Ñeembucú, donde estuvo con Horacio Cartes, ya hizo su primera declaración dando sus primeras señales y mensajes. La palabra clave, compensaciones.

El vicepresidente pidió a los intendentes que no intenten volver a dispersar los fondos del almuerzo escolar y que se concentren en su gestión municipal, como la limpieza o el arreglo de calles. Prometió que los recortes serán compensados mediante el aumento de la recaudación, aunque no dio detalles de cómo se dará este aumento.

El modo colorado de negociar históricamente es ceder una cosa por otra. Si el gobierno quiere mantener el proyecto como está, el acuerdo deberá incluir algún beneficio para los jefes comunales.

La disputa de poder recién empieza y la batalla medirá cuánta es la fuerza real del gobierno y la influencia de los intendentes.

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