En los últimos tiempos, se ha observado un incremento en la cantidad de niños y niñas que son explotados vendiendo golosinas o pidiendo dinero directamente, siempre acompañados por adultos, en su mayoría los mismos padres.
La Consejería Municipal por los Derechos de los Niños (Codeni) de CDE recomienda no dar limosnas ni comprar productos a niños en situación de calle, ya que en lugar de resolver el problema, lo perpetúa. Experiencias como las registradas en ciudades fronterizas como Foz de Yguazú, Brasil, han dado buenos resultados al reducir significativamente la presencia de menores en las calles.
Las autoridades de Codeni argumentan que detrás de cada menor que mendiga o vende productos en las calles, generalmente en zonas de alta afluencia de personas, hay un adulto que se beneficia de esta situación. Aunque las personas actúan con buena voluntad al dar dinero o comprarles algo, pensando que están ayudando al niño, en realidad, están fomentando un ciclo de explotación infantil. “Nosotros nos vamos junto a ellos, los identificamos para hacer la denuncia correspondiente. Ya son varias las denuncias realizadas. En muchos casos, recibimos respuesta del Ministerio Público. Cuando la explotación laboral infantil no prospera, por lo general, se utiliza la figura de violación al deber de cuidado, si los niños están con sus padres”, dijo Cela Cabañas, responsable de la consejería local.
Cabañas remarcó en que son principalmente los niños y niñas indígenas quienes más se encuentran en situación de mendicidad.