La líder indígena y activista guatemalteca, Rigoberta Menchú, estuvo presente en Monumental 1080 AM, donde relató su trágica vida desde la muerte de sus seres queridos quemados, el secuestro de su hermano, la muerte de su padre y madre, hasta llegar a ganar un premio Nobel de la Paz por su lucha.
“Después de la muerte de mi papá, el secuestro de mi mamá y mi hermano, me sacaron al exilio donde conocí a personas extraordinarias”, señaló la doctora Rigoberta Menchú Tum.
Lea más: Rigoberta Menchú será candidata presidencial del centroizquierda
Menchú indicó que sentía que su causa era global, pero que lo que había vivido no tenía comparación con lo que han vivido otros.
“Lo que no podía olvidar es que a mi madre se la llevaron viva y viva, la quería. Esa lucha por la desaparición forzada, no pensé que terminaría en una ley que declare la desaparición forzada como un delito de lesa humanidad, que la lucha por la dignificación de los pueblos terminaría en una declaración universal sobre derechos de pueblos indígenas”, manifestó.
Asimismo, habló no perder de vista que se vive solo un lapso corto de tiempo y que el conflicto nunca termina.
“Lo más importante es nunca perder de vista que uno solo vive un lapso de tiempo corto, creo que la guerra nos enseñó, que hoy estamos, mañana no”, remarcó.
🎙 Nos acompañan #EnVozAlta
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) May 21, 2024
🔸 Dra. Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz.
🔸 Dr. José Altamirano, Director del Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada (IDPPS).
🔴 VIVO: https://t.co/4lqXsOqgeJ
👉🏼 Escuchanos desde CDE: 107.9 FM#AM1080 📻 pic.twitter.com/FFnPtba3yF
Menchú nació en Chimel, departamento de El Quiché, en Guatemala, el 9 de enero de 1959. En agosto de 1982 se convirtió en la primera mujer indígena guatemalteca en participar en la reunión del Grupo de Trabajo Sobre los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.
Le puede interesar: Menchú dice que la guerra es para los niños una carga que dura toda la vida
Mientras sus hermanos optaban por unirse a la guerrilla, Menchú inició una campaña pacífica de denuncia del régimen guatemalteco y de la sistemática violación de los derechos humanos que tenían de objeto a los campesinos indígenas.
Para escapar a la represión se exilió en México, donde publicó su autobiografía; recorrió el mundo con su mensaje y consiguió ser escuchada en las Naciones Unidas.
En 1988 regresó a Guatemala, protegida por su prestigio internacional, para continuar denunciando las injusticias.
En 1992 fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz, coincidiendo con la celebración oficial del quinto centenario del descubrimiento de América, a la que Menchú se había opuesto por ignorar las dimensiones trágicas que aquel hecho tuvo para los indígenas americanos. Su posición le permitió actuar como mediadora en el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla en los años siguientes.
Menchú participó en Paraguay de la XIX reunión de Autoridades sobre Pueblos Indígenas del Mercosur (RAPIM), bajo la Presidencia Pro Témpore de Paraguay, realizado esta semana en Asunción, con una ponencia dirigida a las delegaciones presentes, así como a líderes y lideresas de los pueblos originarios.