Por Javier Núñez, Coronel Oviedo
Los animales atacados, en su mayoría tienen rastros de haber sido clavados y cortados con algún elemento muy filoso y otros con algún objeto punzante que causó profundas heridas. Existen varios puntos llamativos en este suceso, según la Policía.
Uno de ellos es que ninguno de los animales machos fue tocado. Otro elemento extraño es que no fue encontrada una sola gota de sangre al lado de los animales atacados.
Generalmente, cuando los animales son clavados o cortados quedan rastros de sangre en los lugares del ataque, señaló un veterinario que inspeccionó a las cabras y gallinas muertas.
Una de las gallinas tenía un corte de 5 centímetros bajo el ala y se pudo confirmar que no tenía sangre y con rastros de haber sido succionado.
Algunas de las cabras fueron inclusive mutiladas y desgarradas. Otras continuaban agonizando cerca del mediodía de este lunes.
Eulalia Maldonado, propietaria de la pequeña granja, dijo que no sabía a qué o quién atribuir el hecho.
Tampoco quiso aventurarse a señalar si pudo haber sido causado por algún animal, porque ella vio un gran animal parecido a un perro de color oscuro luego de escuchar ruidos provenientes de la granja.
Explicó que desde hace cinco años se dedica a la cría de cabras lecheras. Vende los lácteos producidos en la granja y con ello solventa los estudios de sus hijos.
La policía por su parte no descarta que los autores pudieran haber sido personas que practican el satanismo.
Algunos vecinos atribuyen el hecho directamente al “chupacabras”, y manifestaron su preocupación por lo sucedido.
