Por Andrés Colmán Gutiérrez | acolman@uhora.com.py
Alrededor de una veintena de ciclistas, que participaban de la caravana de los indignados, por la avenida Costanera y el centro de Asunción, para reclamar contra la impunidad consagrada por los parlamentarios, fueron impedidos de ingresar con sus biciclos hasta la plaza del Congreso por efectivos antimotines de la Policía Nacional, y tuvieron que ser rescatados por los manifestantes.
El incidente ocurrió aproximadamente a las 21:00 de la noche del miércoles, cuando, tras realizar todo el recorrido de la caravana, los ciclistas descendieron por la calle Chile, desde Estrella, con dirección a la plaza, pero fueron detenidos por una barrera policial a la altura de Presidente Franco, en donde se les indicó que por allí no podrían pasar, y que tenían que dirigirse a la calle paralela, Alberdi.
En Alberdi y Benjamin Constant se encontraron con otra valla de agentes antimotines, quienes nuevamente les cerraron el paso.
“Nos dijeron que no podíamos entrar con nuestras bicicletas, pero no había donde dejarlas. Era una prohibición absurda. Empezamos a reclamar, gritando: ¡Queremos pasar!”, narra Mary Fleitas, una de las ciclistas del grupo Fernando a Pedal, quien llegó pedaleando desde la ciudad de Fernando de la Mora, para participar de la marcha ciudadana.
La periodista Mabel Rehnfeld, una de las ciclistas que también estaba en el grupo, dijo que los policías actuaron con mucha prepotencia, “en contra de la ciudadanía, que justamente venía a denunciar los abusos de las autoridades”.
La situación fue denunciada a través de las redes sociales, y fue advertida por los manifestantes, que ya se encontraban en gran número en la plaza, a punto de empezar el acto.
En un momento, algunos gritaron: "¡Vamos, gente! ¡Vamos a rescatar a unos ciclistas que vienen a la plaza y la policía no les deja pasar!”. Al instante se produjo una estampida, con gran cantidad de personas que tomaron todo el sector de la calle Alberdi, y empezaron a gritarles a los policías: "¡Represores...! ¡Hijos de puta! ¡Déjenles pasar...!”.
El incidente estuvo a punto de desbordarse, cuando la multitud empezó a mover y golpear las chapas de acero de una obra en construcción, acorralando a los efectivos antimotines, hasta lograr que se abra la barrera y los ciclistas pudieron ingresar, en medio de aplausos y gritos, alzando sus bicicletas en andas. Los antimotines tuvieron que replegarse del lugar e ingresar dentro del Cuartel central.
“Hubo un momento en que temí que todo se descontrole, porque los compatriotas que vinieron desde la plaza para apoyarnos y rescatarnos también les perdieron la paciencia. Estuvo a punto de pasar a mayores”, escribió Mabel Rehnfeld, en su perfil de Facebook..
Según la periodista, uno de los comisarios explicó después que “fue un pequeño desajuste en el operativo. Queríamos restringir un poco la entrada (a las plazas) porque estaba muy lleno todo. Ya eran muchos los manifestantes”
Diana Vargas Núñez, otra de las ciclistas, posteó: “Los policías estaban muy nerviosos, nos cortaban todas las entradas. Hacía mucho que no discutía con un uniformado por circular libremente y menos en dos ruedas”.