Vizcarra, que llegó al cargo con la lucha anticorrupción como su principal bandera, quiso dar así un golpe sobre la mesa en un país donde hasta ahora los jueces parecían estar al margen de la enquistada y generalizada corrupción de su clase política, con todos sus ex presidentes procesados, investigados o condenados.
El mandatario interrumpió la reunión del Consejo de Ministros y compareció en el Palacio de Gobierno de Lima para hacer frente a una crisis que amenaza con salpicarle, pues su nombre aparece en algunas de las grabaciones telefónicas publicadas en medios que revelan un presunto tráfico de influencias y prevaricación de altos jueces.
En medio de la indignación que campea en el país por la seguidilla de nuevos audios que aparecen cada día, Vizcarra anticipó que presentará el proyecto de reforma al Congreso el 28 de julio, durante su discurso por el día nacional de Perú, en el que celebrará 197 años de independencia. efe