El presidente Santiago Peña negó que exista una crisis en Tacumbú a pesar de los últimos acontecimientos violentos que terminaron en un amotinamiento, toma de rehenes, incendio y hasta una revuelta de guardiacárceles, que apoyaron a los reclusos.
La declaración del mandatario se contradice con la decisión del Ejecutivo, que justo un día antes, encabezado por el ministro del Interior, Enrique Riera, instalaba una mesa de crisis.
“Lo que estamos viviendo no es una crisis, es un enfrentamiento con la delincuencia, como el Estado está enfrentando mañana, tarde y noche. Ayer ocurrió un enfrentamiento con privados de su libertad y restablecimos el orden”, afirmó Peña.
Otro elemento importante en la declaración del presidente fue el total apoyo para el ministro de Justicia, Ángel Ramón Barchini, a quien mantendrá en el cargo a pesar de haber sido calificado como uno de los principales causantes de la revuelta en el penal, por sus dichos en la reunión del consejo de ministros que fue transmitida en vivo, donde pidió más seguridad porque el clan Rotela conocía todos sus movimientos e informó que un policía que creían fugado en realidad fue descuartizado en Tacumbú. Unos días después, el uniformado publicó un video diciendo que estaba vivo.
Los hechos evidenciaron la falla en inteligencia del gobierno. “Todos nos hemos enterado a través de la prensa que este policía estaba vivo. No estaba muerto, andaba de parranda”, expuso Peña.
Insistió en que los motines y las armas en Tacumbú no son una novedad y tampoco es responsabilidad plena del ministro, sino del Estado y de la sociedad. Detalló que el penal tiene 2.700 reclusos y solo 1.100 están condenados, mientras que 1.600 están en proceso judicial. Recalcó que hay una superpoblación ya que la capacidad de la cárcel es solo de 1.500 personas. Adelantó igualmente que no están dispuestos a negociar con privados de su libertad. “Esta no es la responsabilidad del Ministerio de Justicia. Quiero darle todo mi respaldo al ministro”, expresó.
contra marito. Peña cuestionó que el gobierno de Mario Abdo no haya construido más cárceles. Sin embargo, hay obras terminadas en Emboscada y en Minga Guazú.
“Hacia finales del gobierno que terminó en el 2018 habíamos dejado ya licitada la construcción de una nueva cárcel, la cárcel de Emboscada. Una de las primeras medidas que tomó el gobierno que nos sucedió fue cancelar la licitación. Lastimosamente, a lo largo de los últimos cinco años, solo faltó asfaltar el río Paraguay, pero se olvidaron de terminar las cárceles”, señaló. Abdistas respondieron que las licitaciones fueron amañadas.
En el Gobierno de Mario Abdo solamente faltó asfaltar el río Paraguay, pero se olvidaron de terminar las cárceles.
Mal estaría yo pidiendo el cambio de un ministro que hizo exactamente lo que yo le he pedido. Santiago Peña, presidente.