La escribana era candidata de Cruzada Nacional, pero se retiró de la alianza sin definir si seguiría o no en carrera por su cuenta, mientras que su partido decidió permanecer en el acuerdo.
En su carta de renuncia, Aquino cuestionó que se haya acordado “resolver (una candidatura) por una encuesta basada en 1.500 muestras sin tener en cuenta por lo menos un balotaje”, lo que consideraba “un despropósito”.
La aspirante a la intendencia de Asunción comentó que hubo personas que también querían un balotaje en la mesa opositora. Por su parte, la ex senadora Kattya González, quien forma parte del equipo de la diputada Johanna Ortega, sostuvo que efectivamente es necesario hacer una segunda medición.
Esto debido a que actualmente son tres los candidatos y es posible que dos de ellos queden con diferencias estrechas, por lo que una encuesta como balotaje para saber hacia dónde migran los votos del tercero, es necesaria. Sin embargo, el acuerdo establece una sola medición, en febrero, por falta de tiempo suficiente, para poder inscribir la candidatura el 2 de marzo.
Además de Johanna, se medirán en febrero Soledad Núñez y el recién llegado Rodrigo Franco, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que se integró a la alianza en los últimos días, con el sobrenombre de Bukele’i.
Unidos por Asunción presentó el pedido de reconocimiento como alianza el 13 de diciembre pasado ante la Justicia Electoral. Arlene formaba parte como precandidata; sin embargo, renunció tras una reunión con Franco y con Marcelo Galli Romañach, quien también anunció una candidatura por el Partido Libertad y República, aunque por fuera del bloque.
Kattya considera que Franco no debía entrar porque no tiene militancia y busca saltar a una posición sin el trabajo suficiente. Criticó que se le haya “aplaudido” sin haber sido probado, ya que podría ser un “tránsfuga”.
Recordó el caso de Hugo Portillo, que también fue candidato por el PDC, como Franco, y resultó ser colorado. “No todos los que parecen opositores son opositores”, remarcó Kattya.
La ex senadora insistió en que la mesa no puede dejar entrar a cualquiera y dejó clara su desconfianza hacia Cruzada, que juega de “guardia bueno y guardia malo”, mientras tiene conflictos con Yo Creo en Ciudad del Este.
Kattya asegura que la mesa debe pronunciarse y dejar en claro que los que no respetan el acuerdo son divisores y no opositores.