Con el informe se evaluó a 18 países de la región, entre los cuales se ubicó a Paraguay en el primer lugar con una puntuación total de 68,11, mejorando en un 5,47% respecto a su desempeño en 2021. Si bien lidera el ranking, el informe apunta a que “su sistema tributario puede considerarse levemente competitivo y neutral”.
Se destaca que Paraguay tiene la tasa de impuesto a la renta corporativa más baja, tasas muy competitivas en impuestos a la renta personal, ganancias de capital, dividendos, IVA y otros tributos.
Además, se resalta que el país no impone restricciones o normas especiales a empresas controladas por extranjeros, y que su impuesto al valor agregado es uno de los más neutrales en América Latina.
“Junto con Nicaragua, tiene el IVA más neutral de la región, ya que no contempla umbrales de exención y la recaudación del IVA alcanza el 98% del nivel ideal”, apunta el apartado de Paraguay en el reporte.
Desafíos. No obstante, se señalan varios aspectos que Paraguay debe mejorar para fortalecer su atractivo como destino de inversiones. Uno de ellos es la escasa cantidad de tratados tributarios para evitar la doble imposición, lo cual limita su integración fiscal internacional y dificulta el financiamiento de proyectos empresariales.
“La capacidad para atraer inversiones extranjeras podría mejorar significativamente, ya que Paraguay solo ha firmado cinco tratados fiscales para evitar la doble imposición. Su sistema tributario es de tipo global, y sus reglas sobre limitaciones a la deducción de intereses son inflexibles”, destaca el informe.
Mientras tanto, advierte que la recuperación de costos vinculados a activos fijos es compleja, lo que representa un obstáculo para las empresas que requieren altas inversiones iniciales.
Según el índice, Paraguay grava tanto el valor de la tierra como las construcciones sobre ella, lo que “desincentiva la acumulación de capital”.
El Comprehensive Tax Index evalúa los sistemas fiscales sobre la base de dos criterios fundamentales. El primero es la competitividad, con lo que analiza qué tan favorable es el sistema de un país para fomentar la inversión, el ahorro y el crecimiento económico, sin generar distorsiones.
Lo segundo que tiene en cuenta es la neutralidad, con lo que se mide el grado en que los impuestos interfieren lo menos posible en las decisiones económicas de los contribuyentes.