Por Elías Piris | Twitter: @eliaspiris
Fotos: Raúl Cañete y G. Irala
No es novedad que vivimos en una sociedad cargada de preconceptos. Si bien existe la eclosión de una movida rockera que cada vez gana más adeptos y cultores, todavía son muchos quienes piensan que hacer música es diametralmente opuesto a “sentar cabeza”.
Lastimosamente, todavía es común relacionar directamente hacer rock con un estilo de vida despreocupado y poco apegado a la formalidad. Ya bien lo cantaba el dúo argentino Sui Géneris cuatro décadas atrás “Aprendí a ser formal y cortés, cortándome el pelo una vez al mes y si me aplazó la formalidad es que nunca me gustó la sociedad”.
A pesar de todo, en nuestro medio existen artistas que decidieron romper aquel paradigma y son músicos consagrados de la escena y al mismo tiempo padres ejemplares.
Es el caso de dos músicos de la banda local de Hard Rock/Grunge, Pornostars, Sebastián Centurión (guitarrista) y José Miguel Peralta (baterista).
¿Quién podría imaginar que dos miembros de un grupo de nombre “censurable”, de día cambian pañales, preparan tibias mamaderas e improvisan suaves canciones de cuna para hacer dormir a sus retoños?
Llegamos a la casa de Sebastián en el barrio Palma Loma de la ciudad de Luque. La calidez del hogar nos hace olvidar el frío viento sur del mes de junio. Nos reciben Miel - la más pequeña de la casa, a punto de cumplir un año – y Renata, la hermana mayor.
La entrevista transcurre estufa de por medio en la sala de la casa bajo la atenta mirada de Shirley, la esposa de Sebas.
Ocultar la adoración extrema que siente hacia sus nenas es una tarea demasiado difícil para el guitarrista líder de Pornostars y C3.
Con un brillo especial en los ojos, Sebas comenta que trata de pasar el mayor tiempo posible con su familia, a pesar de que la música requiera trabajar de noche. Agrega que alguna vez se sintió observado con extrañez por los padres del colegio de Renata por tener el pelo largo, tatuajes y vestirse de negro. “Bueno, tampoco puedo ir a las reuniones del cole con una remera de Sepultura”, dice riéndose.
Algo similar sucede con José, quien es papá de Samuel, de dos años de edad. Este baterista nos abre las puertas del departamento en el que vive con su mujer y su hijo en el barrio Ciudad Nueva, de la ciudad de Asunción.
José y Sebastián intercalan ensayos, presentaciones en vivo, y demás gajes del oficio con paseos por el shopping o la Costanera, cenas en familia, juguetes y canciones infantiles en YouTube.
Para ambos, la parte más “gloriosa” del día es llegar a casa y ser recibidos por las sonrisas de sus hijos, algo que aligera hasta al más agresivo de los cansancios.
Es que para estos dos rockeros de pura cepa, la felicidad de sus chicos es posiblemente la mejor canción que pueden componer.
_ "¿Les gustaría que sus hijos sigan sus pasos?”, les preguntamos
“Por qué no....”, respondieron.