Aunque las proyecciones de cara a los comicios regionales y locales del 21 de noviembre en Venezuela son desfavorables para la oposición, el evento electoral puede significar, según analistas, una puerta para renovar liderazgos, validar algunos actuales o terminar de debilitarlos.
Pero los expertos sostienen que, al mismo tiempo, son preocupantes –especialmente para la ciudadanía que desea un cambio político– las divisiones en el bloque opositor, ya que juegan en contra de la búsqueda del objetivo de darse oxígeno y enfrentarse al oficialismo que, aun con sus peleas internas, se muestra unido de cara al público, para participar en procesos electorales.
Según el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, la oposición venezolana, específicamente quienes hasta ahora están al frente de los liderazgos más representativos agrupados en la denominada plataforma unitaria, está buscando la oportunidad de validar nuevos líderes (...) nuevos o viejos. Destacó que este es el objetivo de la oposición, a pesar de las condiciones desventajosas que van más allá de las garantías que ofrece el Consejo Nacional Electoral (CNE), que fue renovado este año.
La oposición se enfrenta –aseguró León– a un Gobierno que controla medios, dinero y apresa o inhabilita a políticos, entre otros elementos.
Pero a ello se suman también los problemas internos que como oposición enfrentan, y que son, cada vez, más marcados, empezando por la división. Precisamente, esto último es lo que más complica, en opinión de León, que el antichavismo pueda obtener la mayoría de las 335 alcaldías o de las 23 gobernaciones.
El analista señala que esta misma condición puede, incluso, afectar a esa búsqueda de oxigenación en el liderazgo y, en ese sentido, complicarse aún más el escenario para quienes ya están en un periodo de caducidad.