El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, durante la homilía del domingo hizo una profunda reflexión sobre la pregunta que Jesús le hizo a Pedro: "¿Me amas?”, que nos interpela con el compromiso de seguir sus enseñanzas y cumplir sus mandamientos.
Jesús le pregunta a Pedro tres veces si lo ama. Esto, explicó el obispo, representa una oportunidad para que su discípulo reflexione sobre su fe.
La primera y segunda pregunta de Jesús fueron respondidas por Pedro de manera superficial, pero en la tercera pregunta, respondió de forma más profunda y sincera, lo que demuestra que Pedro reflexionó sobre su relación con Jesús.
De esta forma dio a Pedro una nueva oportunidad de revocar su triple negación durante la pasión, siguió reflexionando.
Después de la tercera respuesta de Pedro, Jesús le dijo por tercera vez que apaciente sus ovejas.
Con estas palabras, Jesús le está confiriendo a Pedro el primado y la responsabilidad de ser el supremo y universal pastor de la Iglesia. Esto muestra también que Jesús permanece fiel a su promesa hecha a Pedro.
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“El Señor no tacha a las personas en su primer error. No, no tacha. ¿Qué consecuencia trae todo esto? La confianza y el perdón de Jesús hicieron que Pedro sea una persona nueva, renovada, le hizo más fuerte y le hizo fiel hasta la muerte”, continuó predicando ante los fieles que se congregaron en la explanada de la Basílica.
Mencionó que Jesús “hace consistir el amor” en “el servir a los demás”. Es decir, no quiere ser él el que vaya a recibir todos los frutos de ese amor, sino él quiere que sea para los demás, para los otros.
“Nuestro amor por Cristo, como el de Pedro, no tiene que quedarse solamente en un hecho sentimental, intimista, no. Se debe expresar en el servicio a los demás, en hacer el bien al prójimo”, puntualizó.
Siguió afirmando que si un padre y una madre afirman amar a Jesús, deben cuidar de sus hijos en la salud física y moral.
Usando ese mismo ejemplo, Valenzuela dijo que si Jesús nos hace la misma pregunta a todos nosotros y respondemos que amamos a Jesús, entonces, debemos cumplir sus mandamientos “porque nuestro país se encuentra en un mar de corrupción”, donde todos nos vamos ahogando poco a poco.
“Entonces, y ojalá sea también la nuestra: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero, lucha por un mundo mejor, lucha por un nuevo Paraguay, por la dignidad de cada paraguayo”, finalizó.