La novena fue aplicada por la parroquia de Puerto Casado respetando el protocolo y decreto el Poder Ejecutivo con relación a la pandemia del Covid-19. Para evitar la aglomeración, la nueva modalidad de participar del novenario es bien dispersa de la capilla de la Virgen de Caacupé, ubicada en la parte céntrica de la ciudad.
El sitio desde antaño es concurrido con motivo de los festejos a la Virgencita Azul. Sin embargo, en esta ocasión permanece cerrado; dentro de la gruta se encuentra arreglada la imagen sagrada solo para los devotos que quieran saludarla y prenderle una velita de manera individual.
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La ciudad cuenta con aproximadamente 11 barrios. Cada uno posee una capilla en honor a sus respectivos santos patronos, por lo que hacia esos lugares se ha direccionado la novena de la Virgencita. Cada devoto puede acudir a sus oratorios para rezar y así poder participar de la devoción.
En algunos casos existen familias que le rezan en sus hogares, donde montan un altar con los adornos y colores propios de la Virgen serrana.
Ante esta situación de la pandemia, para el día 8 de diciembre los promeseros y devotos podrán llegar hasta el altar de la capilla de Caacupé, de forma individual o grupos reducidos en horarios fijados por la parroquia local a fin de evitar una masiva concurrencia.