“No hay ni una rigurosidad para verificar que la firma de la autorización sea actual, que la firma corresponda, que la persona haya realizado realmente esa solicitud de descuento de su salario. Tampoco una verificación aleatoria de consentimiento”, explicaron desde la Comisión del Senado.
Directivos del BNF, en reuniones con la Comisión reconocieron que solo controlan la firma visualmente, pero no verifican la cantidad de cuotas descontadas y, “que a veces le suele pasar luego que descuentan de más”.
Esto, porque el banco no cuenta con un sistema que bloquee o dé una alerta cuando ya llegó al tope de la fecha de descuento. Es así que puede pasar que personas que debían tener descuentos por 12 meses, a los 18 meses se les sigue debitando. “Entonces, hay personas que pagaron muchísimo más de lo que tenían que haber pagado”, detallaron desde el equipo técnico de la Comisión.
Por si esto fuera poco, los pagarés que respaldan estas operaciones luego son vendidos y demandados, pese a que la persona ya pagó su deuda varias veces a través de los descuentos. Lógicamente, la víctima no conoce al demandante ni que ya abonó por esa cuenta ya que el banco niega los documentos a los afectados.
¿NEGOCIADO? El BNF presta el servicio de débito automático y por cada depósito que hace a la cuenta de Walton, la entidad bancaria se queda con un porcentaje que ronda entre el 7% y 10%. Luego, Walton otra vez le transfiere a la casa, “y, obviamente, acá también se queda con su parte otra vez”, afirman.
Todo esto también se puede verificar en los contratos que hace Walton. Con ello la deuda va creciendo debido a las “comisiones” que se pagan. “¿Cuál es el motivo por el cual una casa comercial no pueda contratar el servicio de débito automático que ofrece el Banco de Fomento y debe contratar a Walton?”, citó la fuente.
Este tipo de operaciones se está realizando desde hace cuatro o cinco años, “impunemente”, cuestionan.
NIEGAN EL CESE. Mientras el BNF accede a proceder con el descuento fácilmente a pedido de un tercero, con solo presentar las autorizaciones suscritas por los funcionarios, pero cuando el afectado y titular de la cuenta solicita personalmente el cese de descuentos por cancelación, el BNF se niega a otorgarlo. Alegan irrevocabilidad, negando el derecho a los afectados de disponer de su propio salario.