07 may. 2025

Nepotismo continúa impune por una clase política sin escrúpulos

Los casos de nepotismo en la Cámara de Diputados, denunciados profusamente hace meses, no solamente continúan impunes, sino que además siguen surgiendo nuevos. Recientemente, hemos sumado a la extensa lista de quienes cobrarán del Presupuesto del Estado al yerno del vicepresidente de la República. El prometido de la hija de Pedro Alliana fue contratado como asesor externo de la Dirección Jurídica de IPS con un salario millonario, mientras los jóvenes paraguayos sobreviven sin oportunidades, sin acceso a salud, educación ni empleo digno.

En diciembre de 2023 fuimos testigos, sin saberlo, del nacimiento de una “estrella”. Su nombre es Alejandro Ovelar Ayala, hijo del presidente del Congreso Nacional, quien fue contratado por la Cámara de Diputados y obligado a renunciar tras el escándalo suscitado. Las palabras de justificación del senador Silvio Beto Ovelar habían generado un tsunami de indignación: “Chicos como Ale —mi hijo— lógicamente van a tener un desempeño brillante, porque tuvo un colegio bueno, por decirlo top, comparado con otro chico que viene del interior, de escuelas públicas, con docentes probablemente mediocres, sin mucha formación”.

Hoy, el joven aspira a la presidencia del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho UNA, y en su movimiento encontramos a uno de los procesados por la salvaje golpiza al hijo del dirigente del club Cerro Porteño, Raúl Zapag. El eslogan de la campaña es “Volvamos a creer”.

Una denuncia de nepotismo y una justificación ofensiva para todo el pueblo paraguayo no causan muerte social, sino todo lo contrario. Los nepotes en Paraguay se vuelven famosos y hacen carrera política.

Otro de los casos ejemplares de nepotismo es el de Montserrat Alliana Encina, hija del vicepresidente de la República, Pedro Alliana, quien sin pudor había afirmado que de “ninguna manera” renunciará al cargo que tiene dentro de la Cámara de Diputados. La joven de 25 años cumple “funciones” en una coordinación inventada a medida en la Cámara Baja, corroborada por Última Hora, y percibe un salario de más de G. 18.000.000.

La hija del vicepresidente no solo sigue ocupando el cargo al que accedió sin concursar, sino que además en breve contraerá matrimonio con una persona que, además de pasar a integrar la familia Alliana, se suma a la extensa familia nepotista que vive a expensas del presupuesto público. Se trata de Weldon Black, prometido de Montserrat Alliana, quien consiguió un contrato como asesor externo de la Dirección Jurídica del Instituto de Previsión Social (IPS) el pasado 4 de marzo y goza de un salario de G. 15 millones.

Con absoluta impunidad, los diversos clanes familiares siguen cobrando salarios del Presupuesto de gastos públicos en la Cámara de Diputados. Hijos, esposas, yernos, hermanas se aferran empecinadamente a cargos a los que accedieron por privilegios que solamente les benefician por la cercanía con políticos y autoridades electas que han perdido todo pudor y toda vergüenza.

Recientemente, la Conferencia Episcopal Paraguaya y la Conferencia de Religiosos del Paraguay emitieron un mensaje para las autoridades, los fieles católicos y la ciudadanía, donde reclaman la rendición de cuentas de la administración de los bienes públicos, y rechazan el manejo clientelar del Estado a través de las “inaceptables” prácticas de nepotismo.

Precisamente, la práctica sistemática del nepotismo y su descarada justificación por parte de autoridades del Estado refleja la profunda degradación de la política en el Paraguay.

Como ya se ha dicho repetidamente, la corrupción mata, la corrupción nos empobrece, y es lo mismo hacer mal uso del dinero público, conceder puestos de trabajo y contratos públicos a amigos, familiares y correligionarios, que aceptar cargos sin preparación alguna.

Mientras socavan los recursos obtenidos con el esfuerzo de todo el pueblo paraguayo para beneficiar a sus hijas, hermanos, esposas y yernos, los políticos y autoridades condenan a la miseria a los miles de jóvenes paraguayos que no tienen posibilidades.

La clase política socava el futuro de millones de paraguayos y menoscaba nuestra democracia.

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