En el patio de su casa posee muchos árboles de guayaba. Preocupada, viendo la cantidad de frutas que maduran al mismo tiempo, se puso a pensar qué hacer para aprovecharlas y que no se desperdicien.
“Recorrí mi patio. Vi la (gran) cantidad de frutas de guayaba sanas que había. Me puse a calcular qué podía hacer para sacarle provecho y evitar que se pierda, porque se iba a caer todo”, relató.
Manifestó que si hacía dulce, iba a gastar mucho dinero. Fue así que decidió procesar y vender la pulpa, lista para preparar dulce de guayaba. Y su emprendimiento tuvo todo un éxito.
Verón detalló su forma de trabajo, cómo hizo conocer su producto y cómo lo empezó a comercializar, instando a otras mujeres a aprovechar lo que tienen a mano para ganar dinero.
“Lo que hago es juntar las frutas y lavarlas. Luego, les quito lo duro y sin pelarlas, ni sacarles la semillas, meto a la licuadora con un poco de agua. Seguidamente, paso por el colador y cargo llenito en botellas de plástico de dos litros y vendo a G. 10.000”, expresó.
Su producto los ofrece en los grupos de WhatsApp y luego sale a repartir sus pedidos en su motocicleta.
La emprendedora insta a otras mujeres a no rendirse y que creen una fuente de ingreso con lo que tengan a mano.