“Es una herramienta muy avanzada de mapeo de bosques que se ha trabajado mucho antes de este reglamento. Hay muchos esfuerzos en Paraguay. Que diferentes ministerios se juntaran a trabajar juntos es muy importante; la herramienta de mapeo es un esfuerzo muy significativo”, remarcó.
No obstante, manifestó que aún se necesitan “algunos cambios” y “más herramientas para una geolocalización precisa”. Recordó que lo que se exige es saber que el 100% de los productos que se consumen provienen de zonas localizadas y no deforestadas a partir del 2020, por lo que dijo que es importante que los exportadores trabajen en no mezclar productos trazados con los que no están.
Aseguró que no solo Paraguay está trabajando en materia de trazabilidad, sino que también países de toda la región, por lo que para él el reglamento 1115 “simplemente aceleró una tendencia de trazabilidad y transparencia que ya estaba en marcha”.
SOBRECOSTOS. En cuanto a los costos que implicaría el cumplimiento de la norma, Pitto reconoció que, aunque “no mucho”, sí podría causar sobrecostos a empresas y los mismos consumidores.
“Yo no creo que haya muchos costos. Hay que recordar que lo más costoso es el cambio climático”, ratificó.
Aclaró también que el reglamento no dispone que el productor o exportador local tenga una certificación que avale que cumple con las exigencias ambientales, sino que es el importador europeo u operador quien deberá cumplir con la diligencia debida, trazando con base en las legislaciones pertinentes del país de producción.
Este punto es bastante resistido por los productores paraguayos, quienes además de señalar que llevaría tiempo demostrar todo ese proceso, también cuestionan que se incluyan leyes laborales, de derechos humanos, de posesión de tierras, entre otras. Finalmente, Pitto afirmó que las sanciones solo serán aplicadas a las empresas europeas y no a las firmas de Paraguay.
Frente a la resistencia de los productores locales y de otros países, quienes aseguran que la UE pretende imponer su legislación extraterritorialmente, Emanuele Pitto aseguró que el bloque europeo no realiza recomendaciones a los países para cambiar las legislaciones, alegó que “no es una imposición” y reconoció la soberanía de cada país. Sin embargo, abogó por que todos los países unifiquen criterios y definiciones en materia de lucha contra la deforestación y el cambio climático, y detalló que la UE se rige por lo que establece la FAO. “La UE no hace recomendaciones sobre las leyes en los países, porque cada país es soberano. Sí sería importante que todos tengan una misma definición porque hay países que ahora mismo quieren cambiar su legislación para legalizar la deforestación. No sugerimos que Paraguay se adapte a nuestras leyes, donde se tiene que trabajar es en tener una herramienta donde el importador pueda conocer sobre las leyes paraguayas”. Para mañana, se prevé que el emisario de la UE y su comitiva europea se reúnan con representantes de los gremios de la producción.