“Yo vengo desde la ciudad de San Roque González de Santa Cruz, de Paraguarí. Peregrino desde Ypacaraí con toda mi familia para cumplir una promesa. Tengo mi pequeño hijo con síndrome de Down, él no caminaba y los doctores me habían dicho que no iba a poder caminar porque su condición afectaba a su movilidad”.
Comentó que la familia se sentía muy angustiada por no encontrar una solución para que el pequeño pueda caminar y tener una vida normal.
ESPERANZA. Brítez sostuvo que empezó a fortalecer su fe en la Virgen de Caacupé, prometiéndole que llevaría a su hijo y a toda su familia todos los años al Tupãsy Ykua para pedir por la salud del niño.
“Cuando vine a Caacupé le bañé a mi hijo con el agua bendita del Tupãsy Ykua y luego de unos meses mi hijo ya empezaba a caminar de a poco. ¡Fue un milagro! Hoy él ya tiene 9 años y puede caminar y correr perfectamente, por eso desde esa vez no faltamos a Caacupé, porque de verdad existe el poder de Dios y la Virgencita”, comentó emocionada.
Finalmente, instó a la ciudadanía a no perder la fe y no rendirse ante las dificultades porque todo es posible gracias a la Virgen.
“Le digo a la gente que está pasando por una situación similar a que no pierda la fe, todo se puede lograr con ayuda de Dios y la Virgen de Caacupé”, destacó Brítez.