Informaba recientemente ÚH que la circulación de una peligrosa droga sintética pone en alerta a autoridades. Esas son precisamente las expectativas de la población: Acciones concretas y efectivas del Gobierno, pues se hace evidente el casi nulo avance en el combate a las adicciones, al microtráfico y narcotráfico, diferentes caras de una misma moneda. Deben dejar de improvisar con los programas que prometen mucho, pero al final no están funcionando. Es hora de entender que la complejidad de la problemática requiere una mirada transversal.
El Gobierno de Santiago Peña arrancó con Chau chespi, un programa de capacitación a profesionales de las Unidades de Salud Familiar (USF), y clínicas del Instituto de Previsión Social (IPS) para que especialistas puedan brindar atención a personas adictas a las drogas y poder darles seguimiento en el tratamiento. La clave sería la atención primaria para que el médico de un determinado barrio pudiera hacer un diagnóstico precoz desde el inicio del problema con un proceso de evaluación y comenzar el tratamiento que puede ser por drogas, trastorno depresivo o esquizofrenia, para identificar tempranamente el caso y poder brindar el tratamiento.
Recordemos que en todo el país hay tan solo 150 siquiatras, y que la sobredemanda de pacientes con problemas de adicciones es elevada.
Sin embargo, cuando este plan no funcionó el Gobierno replanteó la estrategia y lanzó, primero Sumar, Plan de Acción contra el Abuso de Drogas, y posteriormente, Sumar en tu Barrio, con el cual se busca potenciar líderes comunitarios para que los trabajos se desplieguen desde los barrios, desde las escuelas y colegios.
El ministro del Interior, Enrique Riera, presentó la segunda etapa del programa a la que se denominó Sumar en tu Barrio. “Necesitamos líderes comunitarios; una sociedad comunitaria es lo que pretendemos crear. Por más que tengamos 2.500 patrulleras, eso no nos va a ayudar; las patrulleras no curan la adicción. Por más que tengamos 3.000 médicos, no va a funcionar porque, ¿quién los va a llevar junto a los médicos? Esto no va a funcionar si no se toca este tema en las escuelas porque, ¿cómo vamos a saber que estamos por caer entonces?”, indicó el funcionario.
El ministro había señalado que la nueva etapa del plan tiene enfoque integral que no solo aborda la desintoxicación, sino que busca la reinserción social como una herramienta para elevar la autoestima de los jóvenes recuperados, previniendo la reincidencia en las adicciones.
Como discurso se puede afirmar que le acompaña cierta lógica; sin embargo, no hay claridad en cuanto a cómo se llevará a la práctica, sobre todo considerando las condiciones en las que viven los jóvenes y adolescentes en el Paraguay, sin acceso a la salud y educación públicas eficientes, sin seguridad ni acceso al empleo digno, viviendo en un país profundamente desigual.
Porque no se actuó a tiempo hoy los problemas se han multiplicado. Las autoridades han recibido una alerta ante la muerte de una joven por una aparente sobredosis de metanfetamina y éxtasis, una peligrosa droga sintética; y además antinarcóticos maneja información sobre la existencia de laboratorios clandestinos para la elaboración de la potente sustancia ilegal.
En junio de 2024, ÚH publicaba un mapa realizado por la Senad el cual mostraba que ningún barrio de la Capital está libre de la comercialización de drogas al menudeo, que tenían atrapadas a comunidades enteras.
Mientras el Gobierno no acierta a poner en marcha un plan más efectivo, que haría posible que cada niño, adolescente y joven paraguayo pueda vivir alejado de las drogas, desarrollando sus talentos, aptitudes y aportando al país, seguiremos perdiendo esta batalla.