02 jun. 2024

Lucha contra los cánones de belleza

Desde sus inicios, Harmony Anne-Marie Ilunga se dio cuenta de una cosa: apenas había modelos como ella en las revistas de Hong Kong. Así que esta mujer negra de 22 años decidió luchar para romper los clichés de la moda china.

La ola Black Lives Matter puso sobre la mesa el debate sobre la representación de las modelos en EEUU o en Europa. Pero en Asia, la moda sigue dominada por el ideal de la mujer delgada y de piel clara, muy alejada de la realidad de la región. “Cuando iba a las agencias me decían que preferían modelos blancas a las negras”, cuenta Ilunga, que llegó como refugiada a Hong Kong desde la República Democrática del Congo. “Tenía 17 años y fue muy duro”, agrega.

En esta ciudad de 7,5 millones de habitantes, y cerca de 600.000 personas que no son de origen chino, impera el canon de las modelos “grandes, de piel clara y delgadas”, explica Ilunga. La tendencia también se da en la China Continental.

“Así que empecé a utilizar productos para blanquearme la piel, solo por seguir la norma”, afirma.

LUCHA. Rechazada allá a donde iba, Ilunga decidió fundar en el 2018 su propia agencia para dar visibilidad a modelos sin que importara su procedencia.

“La representación tiene un peso enorme”, señala. Ilunga ve la moda como un arma para cambiar la mentalidad y que las mujeres no sientan la necesidad de adaptarse a una norma.

Su agencia representa a 32 modelos, hombres y mujeres de países tan distintos como Ruanda, Burundi, Pakistán, India, Sri Lanka, Nepal o Filipinas. Sin embargo, cambiar los cánones no es tan sencillo, reconoce Ilunga, mientras detalla el tipo de cliente que busca huir de los estereotipos de la moda china.

“Suelen ser marcas locales que buscan expandirse a nivel internacional”, explica.

Los modelos masculinos negros, prosigue, tienen más aceptación porque se les ve como “estilosos y elegantes”, pero para las mujeres es más difícil.

Ilunga recuerda una reunión con un cliente en la cual presentó a una modelo mestiza con rasgos africanos y asiáticos. “Tenía facciones asiáticas, pero el pelo rizado y eso, para el cliente, no era aceptable”, cuenta Ilunga.

Pero los cánones tradicionales asiáticos no se quedan solo en el color de piel. Ahora que en Estados Unidos o en Europa la moda empieza a mostrar cuerpos normales, en Asia siguen obsesionados con la delgadez.

Según Laurence Lim Dally, de la consultora Cherry Blossoms Intercultural Branding, que asesora a empresas internacionales en sus campañas chinas, el consumidor local sigue esperando que las marcas se ajusten a sus cánones de belleza.

“Estar gordo se percibe como que esa persona no se cuida, lo contrario de lo que dice el precepto de Confucio sobre el desarrollo personal”, afirma.

Bajo esta presión vivía Mia Kang, una modelo euroasiática que creció en Hong Kong y en la que se fijaron las agencias cuando era adolescente, creyendo que conservaría su físico de joven. Se volvió anoréxica y bulímica, tomó medicamentos, “todo lo que estaba en mi mano para mantenerme delgada”.

Según Kang, la presión que viven los modelos es muy fuerte en todas partes, pero en Asia es peor.

En su libro Knockout, Kang narra cómo, al volver de Europa con veinte años, le dijeron que tenía que adelgazar. “El ideal de mujer en Asia es mucho más estricto que en Occidente”, explica, y según cuenta, el éxito no le llegó hasta que dejó Hong Kong. “El mercado asiático comienza tímidamente a abrirse y a trabajar para que haya más diversidad”, sentencia.


Harmony Anne-Marie Ilunga y Mia Kang son dos modelos que pelean por encajar en un mundo en donde los estereotipos son el común denominador.

Apoyo
Texto


Más contenido de esta sección
Una vez más la celebración de la Virgen de Caacupé convoca a los paraguayos a esta gran fiesta de la religiosidad popular. Con el inicio del novenario que este año lleva el lema: El Espíritu Santo nos enseña a orar según la voluntad de Dios, comenzaron a llegar hasta la capital espiritual los peregrinos para pagar una promesa o encontrar consuelo. Esperamos que sea exitoso el operativo Caacupé, que cada año es un desafío para las autoridades que deben coordinar las acciones y los servicios para la muchedumbre de devotos y peregrinos.
La sociedad argentina optó por el cambio, ganó Milei y ahora le toca gobernar. Está por verse si su estilo de liderazgo alcanza para implementar las duras medidas necesarias para ordenar la economía, recuperar la confianza e impulsar la inversión y el crecimiento.
Los primeros 100 días están marcados por la intrascendencia de las medidas positivas y por decisiones del Gobierno que posteriormente debieron ser revocadas por los conflictos que generaron. En definitiva, un saldo neto negativo. Este resultado contrasta con el gran poder de decisión con el que cuenta el presidente, dado que tiene mayoría absoluta en el Poder Legislativo y no tiene que negociar acuerdos ni ministerios con otros partidos políticos. En estos 100 días no ha aprovechado para hacer los cambios legislativos urgentes que se requieren las finanzas públicas y mover la economía hacia un modelo que genere mayores y mejores empleos.
En la oposición de nuevo dieron muestras de la poca capacidad de hacer política con la que se cuenta como si no faltaran ejemplos y antecedentes.
Un video que muestra al presidente en un colectivo conversando con los pasajeros motivó airadas críticas en las redes sociales, en medio de la cotidianidad en la que ya se convirtieron las reguladas del transporte público. Lamentablemente, en los primeros cien días del nuevo Gobierno el servicio no ha tenido cambios y la anécdota del titular del Ejecutivo sentado en una unidad de transporte enerva y ofende a una ciudadanía que ya está cansada y resignada a que sus autoridades ignoren el vía crucis diario que deben padecer los usuarios.
Con un montón de dilaciones presentadas por la defensa, por fin se confirmó esta semana el juicio oral para el ex gerente de Canal 9, Carlos Granada, por coacción, coacción sexual y violación y acoso sexual.