17 may. 2025

León XIV, un nuevo Papa para una nueva era

El 15 de mayo celebramos en Paraguay el Día de la Independencia y el Día de la Madre, y al mismo tiempo conmemoramos 134 años de la publicación de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII. Esta mención quizás hubiera pasado desapercibida de no ser por la elección del cardenal Robert Prevost como Papa y su decisión de tomar el nombre de León XIV para ejercer su misión como sucesor de Pedro, según el mandato de Jesús.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia destaca el “valor profético de la Rerum Novarum”, publicada tras siglos en los que el mensaje de la Iglesia se dirigía a una sociedad de tipo agrícola, caracterizada por ritmos regulares y cíclicos. Ahora, el Evangelio debía anunciarse y vivirse en un nuevo areópago, en el tumulto de los acontecimientos de una sociedad más dinámica, considerando la complejidad de los nuevos fenómenos y las increíbles transformaciones que la técnica había hecho posibles. La Rerum Novarum es, ante todo, una apasionada defensa de la inalienable dignidad de los trabajadores, junto con la importancia del derecho a la propiedad, el principio de colaboración entre clases, los derechos de los débiles y los pobres, así como las obligaciones tanto de los trabajadores como de los patrones (CDSI 267-8).

En estos tiempos de cambio de era, al igual que en 1891, con las oportunidades y amenazas que surgen con la inteligencia artificial y el avance de la tecnología, la elección del nombre de nuestro nuevo Papa es una muestra inequívoca de que, una vez más, la Iglesia se siente llamada a colocar lo “humano” como parte central de su misión y a dar respuesta a los desafíos que plantea la vida libre, digna y trascendente en tiempos de preeminencia de los algoritmos.

La Doctrina Social de la Iglesia se fundamenta en la Biblia y en el magisterio desarrollado por el papado a lo largo de la historia, colocando en el centro la cuestión humana. Reconoce al hombre como un ser único e irrepetible, abierto a la trascendencia y con una dignidad que debe ser respetada para que su vida en libertad esté vinculada a la verdad y a la ley natural.

Su aplicación práctica se basa en principios muy claros, como el bien común, el destino universal de los bienes, la subsidiariedad, la participación y la solidaridad, junto con la vivencia de los valores de verdad, libertad y justicia, vinculados a la caridad como criterio universal de actuación.

León XIV representa un nombre que reafirma, como signo de esperanza, una Iglesia y un papado siempre presentes en la historia y en el caminar de su pueblo.

La ADEC, cuya fundación y misión están orientadas a vivir los valores de la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo empresarial, recibe a León XIV con júbilo y con la conciencia de nuestra responsabilidad como creadores de valor para las comunidades con las que nos vinculamos.

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