La petición se hizo a los jueces Pablino Daniel Barreto, Juan Dávalos e Inés Galarza, que argumentaron que era competencia del Ministerio de Justicia, además de que existía peligro de fuga.
El pedido lo hizo la abogada Amanda Silva, que además del permiso para que se realizara el casamiento seguido de un refrigerio en el citado reclusorio, también solicitó permisos para la visita conyugal y familiar, ya que la pareja tiene dos hijas.
El hombre está condenado a 28 años de cárcel por tentativa de homicidio y narcotráfico mientras que la mujer, de nacionalidad brasileña, a 11 años de encierro, aunque el fallo no está firme, sino que es objeto de recurso de apelación.
Los jueces argumentaron que no existe fecha cierta para la boda, ni para las visitas conyugales y que no existe impedimento para que las hijas lo visiten en su lugar de reclusión.
Al final, rechazaron el pedido por el peligro de fuga, por la distancia que existe entre el penal y la casa de la pareja del recluso.