Un equipo periodístico de la Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y El Surtidor descubrieron una gigantesca pista clandestina utilizada para el aterrizaje de aeronaves que transportan cocaína en la región. El lugar está ubicado en Alto Paraguay, Chaco paraguayo, y hasta la última presencia de los investigadores, este año, todavía tenía rastros de haber sido utilizada recientemente.
La pista mide, según indica la publicación, alrededor de 1.180 metros de largo por 55 metros de ancho, que equivale a unas 24 piscinas olímpicas. La zona no es amigable para la vida humana, factor que es utilizado por las organizaciones criminales para escapar de los controles estatales.
La publicación recuerda que la pista fue intervenida en mayo de 2021 por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), ocasión en la que fue hallado un galpón precario con materiales logísticos del tráfico de drogas y unos 490 kilos de cocaína. Se apunta en detalles que fue encontrada en el operativo una pista clandestina, equipos de radio, luz, decenas de bidones para combustible de aviones, armas de alto calibre y otros. Posteriormente, el lugar fue dinamitado.
Sin embargo, en 2025, cuando fue visitado por el equipo periodístico, se encontró hasta una motocicleta, señal de que había actividad reciente. Este año, la vegetación ya estaba crecida, según se pudo observar en imágenes satelitales, lo que podría indicar que pasó tiempo sin estar operativa.
“De acuerdo con la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (Senad), las autoridades ubicaron y destruyeron unas 10 pistas de este tipo en el Chaco paraguayo entre 2017 y 2022. Y el tráfico aéreo es intenso: Los investigadores sospechan que solo en una parte de la región, algunas pistas acogieron más de 900 vuelos en un año”, apunta el texto periodístico.
La ex ministra de la Senad, Zully Rolón, explicó que la destrucción con dinamita suelen ser temporales, ya que las pistas vuelven a ser utilizadas.
“Todas las destrucciones que se hagan son intrascendentes. Cuando uno destruye una pista por medio de explosivos, lo único que se hace es dejar de utilizarla por algunos días. Porque la pista sigue operando, no importa cuál haya sido el daño”, comentó.
Origen. La pista hallada pertenece a una gran propiedad en el Chaco adquirida a finales del siglo XIX por un empresario argentino que abrió en el país la primera fábrica de extracción de taninos en el continente mediante los enormes árboles quebrachos de la región.
Más tarde, en el 2000, una parte de la extensión, cerca de un décimo del territorio, fue vendida a la Iglesia de la Unificación, conocida como la secta Moon, que se originó en Corea del Sur.
“El año pasado, una empresa que posee una porción de la tierra y lleva a cabo proyectos de reforestación, presentó quejas al Ministerio Público por la presencia de cerca de 10 pistas clandestinas y facilidades para el tráfico de drogas en su propiedad, similares a la que nuestro equipo visitó. Pero la firma, Atenil SA, dijo que solo recibió respuesta de las autoridades por una de ellas. El Ministerio Público no respondió a nuestras solicitudes de comentarios”, subraya la publicación.