Todos saben que el papá de Mafalda es Quino, pero su padrino sin dudas es Daniel Divinsky, fundador de Ediciones De la Flor, que publicó la historieta desde 1970, si se quiere, por una casualidad, según publica El tiempo.
Cuando a Quino le dejaron de pagar en la editorial donde publicó los primeros cinco volúmenes de Mafalda, recurrió a Divinsky, como abogado, para que le solucionara el lío. Lo hicieron y un día, el famoso dibujante les dijo “por qué no empiezan a hacer Mafalda con De La Flor”.
“Alguien me dice '¿y cómo conseguiste a Quino?’. Y no, yo digo, él fue quien llegó", cuenta.
Desde entonces han pasado casi 50 años y las tiras de la niña se han publicado en decenas de países, entre ellos China, Indonesia, Japón, Italia, Alemania, Francia, Turquía e Israel. Pero curiosamente nunca en Inglaterra ni Estados Unidos.

La historia de por qué, dice mucho de la mirada sobre esta niña irreverente. “En algún momento, un gerente de Scholastic, de Estados Unidos, lo intentó porque le encantaba. Tardó un año y al final mandó con mucha tristeza el informe del departamento de mercadeo que decía: ‘Mafalda es demasiado sofisticada para los niños norteamericanos’”.
Donde sí se ha publicado pero en muchos casos pirateada es, nada menos, en Colombia. “Colombia tiene el honor de haber sido el pionero en la piratería de Mafalda”, contó Divinsky. Sin embargo, Mafalda llegó oficialmente a Colombia con El Tiempo entre 1972 y 1973.
“Mafalda hace una observación muy interesante sobre el comportamiento familiar. Las inteligentes observaciones de Mafalda, que pone política y referencia a la realidad las va completando con el padre y la madre”, dice Miler, quien, junto a Divinsky, estuvo presa y luego en el exilio, por publicar durante la dictadura un libro infantil llamado Los cinco dedos, que proponía que la unión hace la fuerza.