En esta edición en la que se presentaron 53 participantes, el jurado eligió en la categoría clásica o selecta a la obra El lado oscuro de aquella noche, para quinteto de vientos solistas, electrónica y orquesta de José Ariel Ramírez Duarte y, en la categoría popular vernácula, a la obra Un solo canto, de la autoría de Lizza Bogado.
El premio consiste en la suma equivalente a mil quinientos jornales mínimos para cada categoría (G. 154.636.500), que serán entregados por el presidente del Congreso Nacional, en un acto público a realizarse en la segunda quincena de diciembre.
“Primero quiero decir que me siento muy sorprendido por el premio y todavía no sé decir de manera concluyente lo que significa este premio para mí”, comentó a ÚH José Ariel Ramírez Duarte.
El director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional del Paraguay (OSN) dijo que este premio es una gran motivación, “y al mismo tiempo una gran responsabilidad”.
“De ahora en más, además de preocuparme por mi música, mi lenguaje, mi carrera, también siento la responsabilidad de ocuparme por el arte y por la música en general”, destacó.
Para Ramírez, recibir este tipo de premios motiva “muchísimo, nos hace pensar sobre cada una de las funciones de la música, sobre nuestros bagajes, nuestras experiencias y al mismo tiempo de que todo ese conocimiento de alguna manera tiene un reconocimiento, lo que me deja muy feliz”. Añadió que el premio lo dedica a su madre, Victorina Duarte Gauto (+) y a su padre Octavio Ramírez, sus “pilares”.
Conmovida. ”Estoy genuinamente conmovida e inmensamente agradecida”, dijo a ÚH Lizza Bogado.
Para la cantante y compositora paraguaya con más de 40 años de trayectoria, “este premio es un honor y un privilegio, al mismo tiempo es desafiante e inspirador”.
Además, dijo que le sirve de aliento para seguir creando música, “ese idioma universal que nos une a través de melodías. Ella nos permite de derribar fronteras y construir puentes, acciones necesarias para el desarrollo de cualquier sociedad”.
Un solo canto, subrayó, “me dio inmensas alegrías, la principal, que fue cantada en una diversidad de escenarios e interpretada por miles de voces. Desde escuelas rurales, hasta teatros o festivales”.
Para Lizza, saber que la obra llegó a tantos corazones, es su mayor logro y satisfacción, “los premios tocan a la puerta en el momento justo para darnos ese estímulo que necesitamos, pausar para agradecer y luego seguir. Mi principal propósito: revitalizar la música paraguaya, aportar valor musical que trascienda y contribuya a nuestro acervo cultural”, finalizó.