Se trata de parejas de diferentes generaciones, entre ellas cuatro hermanos de una misma familia, quienes se unieron en una ceremonia litúrgica celebrada por Vicenzo Turturro, nuncio apostólico.
Entre los recién casados se encontraban doña Juana y don Juan, quienes después de 47 años de concubinato se comprometieron ante Dios, ya teniendo varios hijos y nietos.
Mientras que Lucilo Martínez Benítez y María Romero se casaron luego de 26 años de concubinato, con nueve hijos, pero Lucilo coincidió en la decisión con otros tres hermanos de los 15 que forman parte de su familia paternal.
Ayer se casaron Felicita Martínez Benítez, Carmen Raquel Martínez Benítez y Pedro Rubén Martínez Benítez, además de Lucilo. Relató que su hermana Felicita fue la que decidió casarse, mientras que él fue el último en tomar la decisión con su pareja.
Los hermanos son de la comunidad de Santa Lucía del distrito de San Cristóbal, ubicada a 40 km de la parroquia San Antonio, que está a cargo del párroco Buenaventura Sosa, que administra 48 capillas y tuvo la apertura para la realización de la boda comunitaria, por sugerencia de la servidora Nancy García.
Para que las parejas puedan acomodarse con sus respectivos padrinos, se tuvo que realizar el acto religioso en el polideportivo del Colegio Nacional Carlos Antonio López, ubicado frente a la sede de la parroquia San Antonio, de donde son los feligreses.
“Queremos llegar a todo el país con este programa Sagrada Familia. La parte externa es importante, pero la parte de formación espiritual está a cargo de la comunidad Familia Misionera, que es el corazón del proyecto, porque es la que se encarga de formar para que las parejas puedan tomar conciencia del sacramento del amor de Dios en su familia”, afirmó Víctor Centurión de la entidad de beneficencia.
Santa Librada se ocupó desde el casamiento por civil, el obsequio de los trajes a los novios y novias, los anillos, peluquería y maquillajes, un retiro espiritual y los bocaditos y tortas para cada pareja y su familia, tras la ceremonia religiosa.
