El ex fiscal general del Estado Francisco Javier Díaz Verón y su esposa María Selva Morínigo de Díaz fueron acusados ayer por el fiscal anticorrupción Osmar Legal por supuestamente realizar adquisiciones e inversiones que superan considerablemente la legítima posibilidad económica de ambos y que arroja la suma de G. 10.495.174.320.
El representante fiscal solicitó que Díaz Verón afronte juicio oral y público por enriquecimiento ilícito y su esposa por lavado de dinero.
“Los hechos atribuidos al señor Díaz Verón, en su calidad de funcionario público, consistente en la adquisición de inmuebles, ganados, rodados e inversiones en empresas, así también de la cancelación de deudas personales como de pagos a firmas ha sobrepasado sus legítimas posibilidades económicas y la de su cónyuge”, explicó el interviniente.
Indicó el investigador que los hechos concretos que son atribuidos a la ex máxima autoridad del Ministerio Público, parten del año 2008 hasta el 2017. Aunque desde el año 2010 concluyó con un déficit de G. 277.362.657.
También resaltó que en las declaraciones juradas presentadas ante la Contraloría se observó que su patrimonio fue incrementando y que se advirtió situaciones e inconsistencias.
FANTASMAS. Por otra parte en el escrito de requerimiento conclusivo, se recalca que Morínigo, a más de haber destinado sumas de dinero en concepto de gastos que superarían sus ingresos legales, también aportó y constituyó empresas que aparentemente serían fantasmas (ver infografía).
Incluso una de las firmas denominadas Canto Rodado SA se creó a nombre de los hijos del matrimonio encausado Alejandro y Yerutí Díaz Morínigo.
En tanto con respecto a la empresa denominada Salty River SA, físicamente, no existía, debido a que fiscales se habían constituido y encontraron un baldío.
Así también comentó el fiscal Legal que a través de informes de la Subsecretaría de Estado de Tributación quedó evidenciado que los otros accionistas de la sociedad anónima Lagunita eran María Selva Apolonia Vargas (madre de Morínigo), Juan Zenón Morínigo Vargas (hermano) y Zenón Alfredo Morínigo (sobrino), quienes no tenían capacidad financiera.