La ciudad de Naranjal, ubicada a 100 kilómetros de Ciudad del Este, al sur de Alto Paraná, se prepara para la tradicional Fiesta de la Costilla, una de las celebraciones gastronómicas más emblemáticas del país, en su edición número 21, teniendo en cuenta que la pandemia del Covid-19 frustró las ediciones de 2020 y 2021.
La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) declaró oficialmente el evento como de Interés Turístico Nacional, mediante la Resolución N° 950/2025, reafirmando su valor cultural, culinario y comunitario.
Este domingo, el predio de la parroquia Santa Catalina se convertirá en el epicentro de una fiesta que une sabores, música y solidaridad, en conmemoración del 35° aniversario de fundación del distrito de Naranjal. Los organizadores afinan los últimos detalles y se preparan con más de 8.000 kilos de costilla vacuna, que serán cocinados lentamente durante toda la madrugada, como dicta la tradición.
Lo que comenzó en 2004 como una modesta celebración local, con apenas 28 costillares, se ha transformado en una cita imperdible del calendario cultural del Alto Paraná. Surgida de la iniciativa de los pioneros del distrito –muchos de ellos inmigrantes brasileños–, la Fiesta de la Costilla fue pensada para celebrar el décimo aniversario de la fundación de Naranjal.
Hoy, reúne a miles de personas, entre ellas visitantes paraguayos, brasileños y descendientes de ambas culturas, en un ambiente de hermandad y orgullo identitario.
Tradición
Este año, se cocinarán unas 175 costillas enteras, de aproximadamente 25 kilos cada una. Cada pieza de carne se acompaña con ensalada, sopa paraguaya, doce cervezas y seis gaseosas, y está pensada para alimentar a unas 30 comensales. Todo lo recaudado se destinará a beneficio de escuelas y parroquias de la zona, lo que reaviva el espíritu solidario con el que nació la actividad.
El proceso de preparación es casi ritual. La carne se marina en sal con vino blanco por al menos 12 horas, y luego se cocina a fuego lento entre 8 y 10 horas sobre brasas de leña.
Más de 30 cocineros estarán a cargo del asado, comenzando su tarea en la madrugada para que al mediodía el aroma inconfundible del asado inunde la ciudad.
Las costillas son instaladas en filas bajo un amplio galpón y cocinadas con exposición indirecta al fuego, hecho con leña seleccionada. La tarea involucra a unas 300 personas, aproximadamente. Ya en horas de la tarde se realiza el tradicional bingo y una fiesta bailable animada por varios grupos musicales.
El evento no solo se destaca por su gastronomía. En paralelo a la degustación, habrá presentaciones musicales y artísticas, grupos de danza y shows culturales que animarán la jornada, creando un ambiente festivo y familiar que ya es parte del ADN de la comunidad.
Con una población que ha sabido combinar el trabajo agrícola –principalmente en la producción de soja y maíz– con el desarrollo comercial e industrial, Naranjal se posiciona como un distrito dinámico y en crecimiento.
Su nombre proviene de los extensos naranjales naturales que poblaban la zona en el momento de su fundación, el 26 de julio de 1990, y hoy es sinónimo de organización, cultura y hospitalidad.
Referencia
La Fiesta de la Costilla es, para muchos, el reflejo del espíritu emprendedor y solidario de los naranjalenses. Con la reciente declaración de Interés Turístico Nacional, se abre un nuevo capítulo en la historia del evento, que podría convertirse en una referencia gastronómica nacional e incluso internacional.
Este domingo, Naranjal no solo celebrará su cumpleaños, sino también celebrará la unión de su gente, el sabor de sus raíces y el reconocimiento merecido a una fiesta que enciende fuegos, corazones y esperanzas.
Por sus características únicas, atrae a comensales de los diferentes distritos del Alto Paraná, de la región de las Tres Fronteras e incluso de distintos puntos del interior del país. Cada año, llegan delegaciones de turistas brasileños y argentinos para disfrutar de esta deliciosa tradición.