“Hay evidencia empírica global que el crecimiento en la agricultura es en general más eficiente para reducir la pobreza extrema y para aumentar los ingresos de los más pobres que el crecimiento en otros sectores de la economía”, es la primera conclusión de este estudio hecho en países en vías de desarrollo explicó Sadoulet.
Lo pendiente que queda del análisis es que no se lograron identificar los mecanismos específicos a través de los cuales esto ocurre o qué tipo de crecimiento en la agricultura es más efectivo para reducir pobreza.
“La pobreza se puede cambiar sin salir del campo”, concluyó la experta durante el seminario Nutrición, seguridad alimentaria y desarrollo rural, organizado por el Instituto de Desarrollo (ID), con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El ministro de la Secretaría Técnica de Planificación (STP), José Molinas, participó de la ponencia y valoró el estudio presentado.
Reconoció que hubo aspectos discutidos que deberían ser considerados para evaluar las políticas locales de reducción de pobreza.
“El 83% de los pobres están en el área rural, es un problema rural”, recordó el alto funcionario. “Es una herramienta que nos está mostrando que en el mundo está funcionando y que también se podría hacer uso en este país y revisar diseñar las intervenciones en el sector agrícola para conocer el impacto en pobreza”, añadió.