Casi 18 mil jóvenes paraguayos se postularon para acceder a una de las 5.000 becas ofrecidas por la Binacional Itaipú, las cuales les permitirían cursar estudios superiores en instituciones públicas y privadas del país. Prácticamente un 70% de los estudiantes que se postularon quedarán excluidos. El entusiasmo y el interés demostrados por los candidatos deberían ser un recordatorio para las autoridades del Gobierno y los funcionarios, una llamada de atención sobre la urgencia de crear verdaderas oportunidades para los jóvenes.
Hace una semana, un total de 17.855 jóvenes acudieron al Campus de la Universidad Nacional de Asunción y a otros puntos del interior del país para dar los exámenes que les permitirían acceder a las 5.000 becas que ofrece el Gobierno con el apoyo de la Itaipú Binacional. Los jóvenes se sometieron a pruebas de Matemáticas, Lengua Castellana y otras materias básicas; del total de plazas disponibles, 4.500 están destinadas a carreras de grado y formación docente, mientras que 500 corresponden a tecnicaturas.
Señalaron los responsables que aquellos estudiantes que elijan carreras estratégicas para el desarrollo del país, recibirán un incentivo económico, las áreas contempladas incluyen Ciencias Naturales, Tecnología e Ingenierías, Ciencias Médicas y de la Salud, Ciencias Agrícolas, Formación Docente y Tecnicaturas Superiores.
No caben dudas de que esta motivación que se ve en los estudiantes debe servir como un mensaje de alerta para las autoridades. Es evidente que los jóvenes paraguayos ansían tener oportunidades y es obligación de las instituciones del Estado crearlas y hacerlas accesibles para todos.
Las autoridades ya no pueden permanecer impasibles ante la lacerante realidad de las redes dedicadas a la venta de drogas al menudeo que capta a niños y jóvenes quienes muy pronto se integran a una “subcultura criminal” donde se normalizan las acciones violentas.
Tampoco han dado respuestas a la ciudadanía ante el escándalo de privilegios para los hijos e hijas de diputados y autoridades, quienes sin contar con estudios, preparación ni haber concursado, acceden a millonarios salarios o los denominados Bachibabies, esa decena de jóvenes bachilleres sin títulos universitarios, pero con jugosos salarios que se distribuyen por las oficinas de parlamentarios del cartismo y sus aliados, auxiliares administrativos de 20 años con salarios de 5 millones de guaraníes.
El Paraguay mantiene una gran deuda con su juventud. Según la Encuesta de Hogares 2023, el país cuenta con unos 1.500.000 jóvenes de entre 15 y 29 años de los cuales, 135.000, o el 9,1% completan seis años o menos de estudio. Eso significa que el país no les ofrece ni siquiera la posibilidad de terminar los dos primeros niveles de la Educación Escolar Básica.
¿Qué futuro les espera sin posibilidades de educación? ¿Qué futuro le espera al país?
Es urgente cambiar esta realidad de desigualdad que condena a unos paraguayos a la pobreza y al trabajo precario, que obliga a jóvenes a trabajar desde muy pronto para poder solventar estudios; mientras otros paraguayos disfrutan de los privilegios que les concede el poder económico y político.
Deben entender las autoridades que los jóvenes tienen derechos y deben acceder por igual a la educación, la salud y el empleo, pero también a actividades deportivas, a la cultura y el arte que son parte de la calidad de vida a la que debe aspirar toda persona.