El criminólogo Juan Martens Molas asegura que el problema grave es que en toda la periferia de Asunción, no solamente en el barrio Ricardo Brugada, existen jóvenes que no ingresan al sistema educativo ni al sistema laboral.
“Ellos encuentran en grupos criminales, una forma de adhesión, reivindicación de identidades cometiendo delitos y eso es un problema grave, porque eso es semilla de una subcultura criminal”, afirma Martens.
Indica también que son pandillas –o con el nombre que se le quiera designar– que ponen en riesgo no solamente la vida de ellos mismos, sino la de otras personas que se encuentran en la zona.
“Y respecto a las poblaciones que viven en esos espacios territoriales, porque el paso siguiente de la consolidación de las pandillas es la ocupación y defensa de un espacio territorial donde venden sus productos y muchas veces extraen dinero, son predatorios y evidentemente los comerciantes y los vecinos son las víctimas principales”, apunta.
Menciona que si bien este tipo de organización criminal existe en toda América Latina, está tardando en llegar a Paraguay; “pero, al parecer, está ya llegando y está dando sus primeros pasos”.
De acuerdo a esa posibilidad, advierte que si no hay una intervención institucional fuerte, de ocupar a los jóvenes que no están en el espacio laboral ni en el sistema educativo, “esto va a consolidarse y ya conocemos las tristes historias de San Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro, que viven y sufren este tipo de delincuencia predatoria”.
Martens afirma además que hasta el momento no conoció de experiencias de intento de abordaje de estos problemas por fuera del sistema penal, ya que resalta que la solución a este tipo de problemas no está en la cárcel, así como tampoco en mayor intervención policial, la que considera solo una cuestión paliativa.
“Se necesitan políticas públicas e integración social y la responsabilidad de distintas instituciones, niñez, trabajo, salud, educación; si no hay una mesa interinstitucional para abordar este problema, se va a ir empeorando, porque no son compartimentos estancos, debe ser integral y por sobre todo no solamente penal, sino tiene que ser una respuesta social del Estado”, considera el experto.
Operativo. Durante la incursión se aprehendió a tres personas con drogas y arma blanca en su poder, dos de ellos poseen antecedentes por tenencia de armas de fuego, robo agravado y tenencia de sustancias estupefacientes.
Varios agentes de la Policía Nacional, Grupo Lince y Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE) fueron desplegados en los pasillos de la Chacarita. tras la nueva balacera entre los grupos antagónicos, Pelopincho y Arroyenses, que se viralizó en las redes sociales.
Los operativos serán sostenidos, afirman
Desde el Ministerio del Interior aseguran que las incursiones seguirán y que se incluirán a otras zonas de Asunción.
El viceministro de Seguridad Interna del Ministerio del Interior, Óscar Pereira, mencionó que se trata de un trabajo en el que están ligados personal de inteligencia, además de técnicos de antinarcóticos, crimen organizado entre otros.
“Estas incursiones y operaciones se van a desarrollar de manera sostenida y creemos que con estos trabajos se van a ir detectando más focos en otros lugares”, afirmó Pereira.
Respecto a la incursión de ayer, indicó que no sólo es por la búsqueda de responsables de los tiroteos, sino que es un trabajo que realizan normalmente, al igual que en la zona de Pantanal, en Lambaré.
“No todos los días se puede realizar este tipo de operativos, pero se recolecta información, se analiza y se procede a trabajar en base a la información obtenida”, apuntó.
Todas las operaciones se realiza con la Fiscalía y, aparte, trabajan de forma integral, “no sólo la parte policial”, también con autoridades de la Municipalidad, la ANDE, Essap, que ayudan a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la Chacarita, refirió. “Cuando hay más personas de bien, eso desalentará la presencia de delincuentes”, dijo.