Michael Lillis: “En esencia, es una historia de amor”
Dos investigadores irlandeses dedicaron casi dos décadas para investigar sobre la vida de Elisa Lynch y produjeron un libro notable, aunque polémico en algún aspecto.
Antonio V. Pecci
Periodista |apecci@uhora.com.py
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Michael Lillis proviene de Dublín, la ciudad que James Joyce inmortalizara en su famosa novela Ulises. Lillis es un sesentón que habla un buen español y gusta venir al Paraguay, donde ha estado una veintena de veces.
Antiguo diplomático de su país, se lo ve cómodo hablando del tema con el cual un día tropezó cuando el presidente Andrés Rodríguez le preguntó cuál era la opinión en Irlanda acerca de “nuestra heroína”. Sorprendido, apeló a sus veinte años de diplomacia y contestó: “Es un tema de profundo interés, Excelencia”. Lo que no era verdad. Comenta en el curso del diálogo que mantenemos que aun en el condado de Cork, lugar de nacimiento de Elisa Lynch, la gente nunca había oído hablar de ella. “Hicimos la presentación de nuestro libro en ese lugar y vinieron muchas personas que se sorprendieron ante nuestro relato y no cesaron de hacer preguntas hasta las 2 de la madrugada”, comenta de buen humor, mientras subimos y bajamos escaleras. Es un buen polemista, ameno y no muy fanatizado al afirmar sus posiciones, aunque no deja de argumentar sobre cada punto que se le cuestiona. Pero aquel tropezón con Rodríguez le despertó la curiosidad y el deseo de saber más sobre el personaje. Lo que se tornó una tarea apasionante, en la que involucró al historiador Ronan Fanning, profesor emérito de Historia Moderna y responsable de adquisiciones del University College de Dublín, la más importante de Irlanda.
Calumnia. La historia de Elisa Lynch y la Guerra de la Triple Alianza es un libro que demandó casi 20 años de investigación por sus autores, pero también con la valiosa participación de historiadores y ciudadanos no especializados de Paraguay, Argentina, Uruguay y otros puntos, “gente que nos aportó mucho”, lo que les permitió acceder a fuentes nunca antes consultadas. Ése es un punto fuerte de este trabajo de casi 300 páginas: los valiosos datos y las fuentes a las que remite. El otro mérito es, sin duda, el relato limpio y sin rodeos, con una cuidada prosa. La parte más vulnerable o polémica del volumen tiene que ver con la interpretación que los autores hacen de la vida en el Paraguay y, sobre todo, en torno a la figura de Solano López, que no sale muy favorecida. Está claro el enorme esfuerzo por derribar las acumuladas mentiras o versiones fantasiosas sobre Elisa Lynch, que es el propósito central de los autores.
Investigaron ampliamente también en archivos de nuestro país.
El dilema de Elisa
--Si hay algo que define el carácter y la actitud de Elisa es que ella permanece junto a López cuando la guerra ya estaba perdida; ella pudo haber salido del país...
--Abordamos este tema en el libro. Un personaje importante es el general McMahon, un héroe desde mi punto de vista, pues es la única persona de la época que habla del sufrimiento del pueblo y no sólo de la élite. Todos los libros hablan de la élite, pero él trata de la situación del pueblo. Él lo entendió porque era irlandés y sabía lo que había acontecido con su país con la gran hambruna de 1846 al 49. Y se hizo amigo de Solano López y de Elisa Lynch. Creo que se enamoró de ella. Él intentó convencerla de salir del país con él, llevando a sus hijos. Pero creemos que ella se quedó a afrontar esa situación dramática porque estaba enamorada de Solano López. Tuvo la posibilidad de salir; incluso habría querido salir para proteger a los hijos. Pero se quedó. Creo que la historia central de nuestro libro es una historia de amor, que pasó por circunstancias agradables, pero también por otras de pesadilla. Ése es un gran mérito de ella: no lo abandonó a López en el momento difícil. Incluso, luego de la muerte de él, todos los días de su vida, ya en Europa, ella permaneció fiel a la memoria de Solano López.
--¿Elisa Lynch tuvo participación en algunos combates alentando a los soldados, como muchos afirman?
--No sabemos. Contamos en el libro que en tres oportunidades se menciona que ella estuvo cerca de algunos sitios. Lo cita el inglés Burton; la esposa del cónsul brasilero dice que Elisa tomó el mando de los soldados durante la batalla de Lomas Valentinas y otras más. Pero no hay pruebas concluyentes. Sabemos que hizo cosas caritativas, tomó riesgos ayudando a prisioneras cuando podía, gente que estaba acusada de conspiración. Eso era peligroso.
Sobre el estado mental de López
“En contraste con muchos escritores que critican a Solano López en el episodio de San Fernando, acusándolo de una crueldad deliberada, nosotros reconocemos, especialmente en base a la investigación de archivos franceses, que sí hubo una conspiración. De la misma participaron los principales miembros del Gobierno de López y toda su familia. El descubrimiento de ese hecho le causó una intensa tormenta mental. En cuanto a los procedimientos de los Tribunales de Sangre, como el uso de la tortura, era una cosa común de la época, aunque no alguno de los tormentos extremos. Nosotros no damos aprobación a esas prácticas, pero explicamos el contexto de la época, por qué ocurrían esas cosas.”
Documento sorpresa
Considera que una serie de manuscritos que estaban en poder de Maud Lloyd, nuera de Elisa, fue un descubrimiento importante. “Esta señora tenía una perspectiva completamente independiente de la paraguaya. A ella no le gustó mucho estar en América del Sur. Su visión de Elisa Lynch, cuando ya había vuelto a Europa y estaba vieja, es que era una mujer sencilla. Como una persona sin ambiciones, ni esperanza. Algo más profundo. Ya se habían publicado muchos libros en esa época, presentándola como prostituta, cortesana, rencorosa, odiada por la élite de Asunción. Y quizá perdió la esperanza de que nunca iba a poder revalidar su reputación”.
Desea que este proceso de investigación sea continuado por historiadores jóvenes o descendientes de aquellas figuras de época.
Cuestionado López
En la visión de los autores, la figura de Solano López es reiteradamente presentada como Presidente Dictador, enfatizándose luego el carácter autoritario de su régimen, pero sin hacer alusión a los otros regímenes de la época en el continente. Visión que también abarca a don Carlos Antonio, a quien caracterizan como “férreo déspota”, sin visualizar el proceso desde la Independencia y su proyección. También se insiste en la conocida versión de que Solano López es hijo bastardo, nacido de la relación entre Lázaro Rojas y su hijastra Juana Carrillo. Y que planeó ir a la guerra ya cuando asumió el poder.
Es llamativo el concepto de “playboy” que le adjudican a Solano López durante su gira europea.
Y, por último, el calificativo de “loco” aquejado de paranoia durante los tres últimos años de su vida. Argumento que no tiene sustento de fuentes confiables de la época y menos de alguna autoridad científica. En resumen, una figura maltrecha.