25 dic. 2025

Elevar nivel moral e intelectual de nuestros representantes

El nuevo incidente protagonizado esta semana durante la sesión de la Cámara de Diputados por el diputado Jatar Fernández ha expuesto una conducta inapropiada para un representante y miembro de uno de los poderes del Estado. Al mismo tiempo, nos platea la realidad de la calidad de nuestra representación parlamentaria. Es inaceptable que precisamente en el Parlamento se sucedan incidentes que exhiben actitudes intolerantes, autoritarias y muestran la incapacidad para llevar adelante un debate democrático, respetuoso y de altura.

A raíz del tratamiento del pedido de intervención de los municipios de Asunción y Ciudad del Este en la Cámara de Diputados se generó un desagradable incidente y posteriormente la sesión fue levantada por el titular de la Cámara Baja, Raúl Latorre; como tantas veces anteriores, los diputados dejaron de tratar importantes temas de la agenda del país.
Mientras la diputada Leidy Galeano (Cruzada Nacional) expresaba su rechazo a la disposición del contralor general de la República, Camilo Benítez, de acompañar la intervención del Municipio de Ciudad del Este; el diputado ex Cruzada Nacional devenido en aliado de la bancada colorada, Jatar Fernández, interrumpió en varias ocasiones a su colega, la que reclamó en plena sesión estar siendo amedrentada por él.

El vicepresidente de la Cámara, Carlos Arrechea (ANR-HC), quien se encontraba presidiendo la sesión, simplemente decidió llamar a un cuarto intermedio, sin intervenir ni llamar al orden al ofuscado diputado por su grosero e irrespetuoso comportamiento. Cuando el presidente de la Cámara volvió a dirigir la sesión, y al no haber ya cuórum, la sesión fue levantada.

Según el diputado Guillermo Rodríguez (Yo Creo), Fernández es un “incitador profesional”, afirmando incluso que sus acciones apuntan precisamente a cortar el debate en la Cámara Baja. “Es un incitador profesional. Está en su papel de barra brava. Imagínate que yo vaya a pararme frente a la bancada de Honor Colorado a gritar”, expresó. A la luz del desarrollo de los acontecimientos se puede comprobar que Fernández logró su misión, pues acabó con el debate y con toda posibilidad de que fuera tratado el tema del pedido de intervención de los municipios.

Lamentablemente, hemos ido normalizando este tipo de conductas en el Congreso Nacional.

Recordemos que hace dos años, otro diputado, el colorado cartista Yamil Esgaib, fue protagonista de una serie de incidentes, tras los cuales incluso fue suspendido por sus actitudes violentas contra mujeres, con diversos exabruptos hacia sus colegas, a una de ellas incluso la había amenazado “con romperle la boca”. Otra incorrección de Esgaib incluso fue transmitida en vivo, cuando acosó a una periodista de Telefuturo en los pasillos del Congreso Nacional, le tomó del rostro y le dijo al oído “no me vas a ganar”.

Como Parlamento se designa a una asamblea de quienes representan la voluntad popular expresada en las urnas. La palabra proviene del parlement , que describe la acción de parler (hablar), por lo que un parlement se aplica a la reunión de los representantes del pueblo donde se discuten y resuelven los asuntos públicos. Nuestra Constitución Nacional dispone que la soberanía reside en el pueblo (artículo 2) y que el pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio para elegir por voto directo a dos de los tres poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo. Estos gobiernan en nombre del pueblo, pues como señala la Constitución, la nuestra es una República que adopta para su gobierno la democracia representativa, participativa y pluralista.

Ese es el fundamental contrato que rompen con cada salida de tono, con cada escándalo, y también cada vez que dejan sesiones sin cuórum, para eludir el tratamiento de temas.

Nuestro Parlamento debería ser el gran espacio de debate e intercambio de ideas, un espacio para la discusión respetuosa, pluralista y tolerante. Para que eso sea posible, necesitamos con urgencia elevar el nivel moral e intelectual de nuestros representantes en el Congreso. La democracia precisa del debate serio, civilizado y respetuoso, por eso es inaceptable normalizar conductas ruines que agreden los derechos y la dignidad de las personas.

Más contenido de esta sección
El caótico paisaje urbano de Asunción y de los municipios del área metropolitana está dominado por el ruido, la contaminación, las largas filas de vehículos atascados, el estrés y el malestar de la ciudadanía. Estos son síntomas de un sistema de transporte público totalmente disfuncional. La reforma integral del transporte público en Paraguay no es una opción de política urbana; es una imperiosa necesidad económica, social y ambiental, un requisito fundamental para construir ciudades más habitables, equitativas y sostenibles.
Las lamentables expresiones de políticos minimizando el problema del aumento de precios de los alimentos o magnificando el bienestar de la población son un indicador de la falta de compromiso, y explican la ausencia de políticas de producción de alimentos que ayuden a mitigar la inflación. Paraguay es un país que produce y exporta alimentos, pero a la vez está importando más y dependiendo de otros países. Es inconcebible que se ubique entre los países de mayor aumento de los precios del rubro más importante de la canasta familiar.
Forbidden Stories, una red internacional de periodistas con la misión de continuar el trabajo de reporteros que han sido silenciados, trabajó durante más de un año junto a sus socios del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y medios de comunicación en América Latina y Europa, en lo que se denominó Alianza Paraguay. La investigación sugiere que nuestros principales fiscales –entre cuyas funciones se incluye indagar el crimen organizado– no investigaron adecuadamente la impunidad generalizada en el país.
La sociedad paraguaya se ha acostumbrado a reaccionar con asombro y estupor ante cada feminicidio. El más reciente dejó tres víctimas. Cada muerte, cada situación de abuso que no ha sido evitada representa una falla del Estado. Debemos entender que no basta con leyes, programas o proyectos coyunturales si no se promueve un cambio estructural. La violencia contra las mujeres y niñas, y su forma más extrema: el feminicidio, son expresiones tanto de la desigualdad como de la discriminación hacia las mujeres.
Los cuestionamientos a la gestión municipal en la capital del país no son recientes ni han iniciado a partir de la intervención de la administración de Óscar Rodríguez. Los problemas de gestión y transparencia han ido creciendo hasta alcanzar proporciones catastróficas y mientras los vecinos de Asunción reclaman mejores servicios, la misma Junta Municipal que había aprobado balances del intendente Rodríguez e ignorado la denuncia por el faltante de G. 500.000 millones mantiene una estructura desproporcionada de funcionarios.
Resulta inquietante el hecho de que, en estas horas en las que el Gobierno se sienta a negociar con empresarios del transporte público, el eje de la discusión no sea la calidad del servicio ni los proyectos de mejora. Para los usuarios del transporte público, las reguladas en el servicio son parte ya de su normalidad, como lo son las largas horas de espera y los interminables e incómodos viajes. El país debe entrar al siglo XXI con un moderno sistema de transporte y movilidad, y para eso se necesitan compromiso y trabajo, no amenazas de paro.