23 ago. 2025

Usuarios del transporte, víctimas de reguladas y amenazas de paro

Resulta inquietante el hecho de que, en estas horas en las que el Gobierno se sienta a negociar con empresarios del transporte público, el eje de la discusión no sea la calidad del servicio ni los proyectos de mejora. Para los usuarios del transporte público, las reguladas en el servicio son parte ya de su normalidad, como lo son las largas horas de espera y los interminables e incómodos viajes. El país debe entrar al siglo XXI con un moderno sistema de transporte y movilidad, y para eso se necesitan compromiso y trabajo, no amenazas de paro.

El análisis “Mejorar el transporte urbano a través de los macrodatos: Nuestra experiencia en Paraguay”, realizado por especialistas del Banco Mundial (BM), señala que en un día hábil típico, en el área metropolitana de Asunción se realizan alrededor de ocho millones de viajes, lo que sería ligeramente superior a la de ciudades como Bogotá y Buenos Aires”. Al BM le resultó sorprendente que menos del 7% se desplaza en transporte público, un impresionante 78% se moviliza en automóvil o motocicleta y apenas un 15% lo hace a pie o en bicicleta.

En el área metropolitana de Asunción reside el 34% de la población total, y se concentra casi el 50% del parque automotor, por eso nuestras ciudades son un caos. O, como dice el estudio, la sobrecarga de la red vial no está diseñada para manejar el volumen actual de la flota vehicular, y por eso, los pasajeros del transporte público pierden tantas horas para desplazarse.

Los viajes son largos, demandan varias horas de vida de los usuarios lo que también afecta a su salud física y mental y la congestión contribuye sin duda también a generar más contaminación. No obstante, esta situación no es la razón por la cual el Gobierno se sienta a negociar con los empresarios del sector transporte, quienes están anunciando una medida de presión con un paro de tres días.

Ante la ausencia de un sistema de transporte público eficiente la población resuelve su movilidad comprando motocicletas o automóviles; en Asunción, hay registradas 1.190.127 motos, mientras que los vehículos matriculados son 538.206. En un círculo vicioso perfecto, la profusión de automóviles y motocicletas produce el colapso en calles y avenidas, y colabora con la contaminación y con el aumento de accidentes.

Nuestro sistema de transporte público es una vergüenza y ocasiona cotidianas humillaciones, lesiones y daños. Somos el único país de la región que carece de lo que –en este siglo– se conoce como red de movilidad, moderna e integrada, y concebida para la comodidad y el bienestar de los usuarios.

Muy temprano en la mañana, le dice un usuario al reportero de la televisión: “Algunos te alzan en la estribera o no te suben”, y otro explica que “si esperás más de una línea, tenés más opciones”; mientras que una estudiante que vive en Benjamín Aceval se despierta todos los días a las 04:00 para llegar hasta su universidad, en Asunción; eran las 07:00, pero ella seguía aguardando el micro: “La Línea 5 funciona muy mal, es todo un quilombo. Espero que el Gobierno haga algo porque perjudica mucho. Se sufre”. Al lado, un adulto mayor esperaba impaciente el bus que lo llevaría al IPS. Pero ni autoridades ni funcionarios del Gobierno, ni los mismos empresarios parecen oír las quejas ciudadanas.

De acuerdo con datos obtenidos por ÚH, la propuesta del Gobierno referente al transporte incluiría, por primera vez, la licitación de los itinerarios, participación del Estado en la compra de buses, que luego serían alquilados a las firmas, para la prestación del servicio, los buses no podrán contar con más de 15 años; se buscará la integración del sistema de pagos y de viajes de trasbordo, buses eléctricos, implementación de carriles exclusivos, preferencias semafóricas y la integración del sistema (al futuro) Tren de Cercanías.

Los paraguayos tienen derecho a una vida digna; eso incluye poder contar con un moderno sistema de transporte y movilidad, que haga posible que los usuarios puedan acudir a sus empleos y estudios sin perder hasta cinco horas diarias en el tráfico, y puedan gozar de calidad de vida, con seguridad y en familia. Hacerlo realidad es obligación del Gobierno, que debe dejar de lado intereses políticos y económicos particulares y buscar solamente el bien de la mayoría.

Más contenido de esta sección
En este Día del Niño, es oportuno recordar al Estado y a la sociedad el gran desafío de hacer realidad la vigencia de los derechos de los niños y las niñas. Esta es una fecha que conmemora la Batalla de Acosta Ñu, durante la Guerra de la Triple Alianza, ocurrida un 16 de agosto de 1869, cuando un grupo de adolescentes y niños, combatiendo contra las fuerzas aliadas, fueron masacrados. En tiempos de paz, la niñez paraguaya sigue amenazada por la pobreza, violación de sus derechos a una educación y salud de calidad y una vida con bienestar.