Don Críspulo Giménez es un conocido artista de la zona que ha dedicado más de 60 años de su vida a realizar figuras en madera utilizando la técnica del pirograbado, la artesanía tradicional de este distrito.
Su avanzada edad, lejos de convertirse en una barrera, le ha permitido nutrirse de experiencia para mostrar al país sus piezas de arte inspiradas en el más profundo amor hacia la cultura paraguaya.
Los primeros pasos de esta técnica en el plano local fueron desarrollados por su abuelo Emilio Giménez a partir de unos dibujos quemados en un ka’ygua (matero), elaborados inicialmente con la ayuda de una planta, cuya contextura era tan fuerte que hacía posible trazar pequeñas líneas sobre la madera.
“Era conocida en todo el mundo, pero acá nació con mi abuelo”, relató. Don Emilio logró idear una herramienta de pirograbado manual hecha de hierro y mango de madera que funcionaba a las brasas. Este elemento permitía adaptar cinco diferentes medidas de puntas, de acuerdo con la necesidad de las piezas. La temperatura era controlada casi a pulso y, a veces, con la ayuda de un pañuelo.
Con el correr de los años, las generaciones fueron perfeccionando esta labor con el uso de herramientas eléctricas que ayudaron a facilitar el fino tallado en madera.
Todo nace de la imaginación
Su inspiración se basa en la naturaleza y las costumbres del Paraguay. El trabajo se inicia con la elección de la madera, de preferencia con textura suave y una tonalidad clara, como el pino.
Con el apoyo de un carpintero, limpia y lija las imperfecciones de la superficie o, de acuerdo con el diseño, realiza los cortes pertinentes a la pieza.
Una vez reunidos estos requisitos, comienza el trazo a pulso y, con una asombrosa perfección, logra calcar imágenes que nacen desde su imaginación.
“No uso fotografías, todo lo que dibujo es solo inspiración mía”, comenta.
Para don Críspulo, este trabajo, más que un medio de vida, es pura pasión. Su gran dedicación en cada detalle lo hizo merecedor de varios premios de la Unesco y del Instituto Paraguayo de Artesanía.
El legado que recibió de su abuelo se encuentra en todas las piezas de arte que ha logrado concebir y, con gran convicción, sostiene que, si vuelve a nacer, se dedicaría de nuevo a este trabajo.