El Pontífice, fallecido el lunes con 88 años de edad, eligió para su tumba esta antigua Basílica romana que acoge una de sus vírgenes predilectas, la Salus Populi Romani, en vez de la cripta de San Pedro del Vaticano donde yacen algunos de sus predecesores.
En concreto, el lugar que dispuso es la Capilla Paulina, con el ícono de la Salus Populi Romani y la de la dinastía Sforza, en la nave izquierda del templo, a pocos pasos del altar.
Lo que será su tumba lleva días cubierto con una valla de madera pero, sin embargo, deja ver por sus rendijas luz eléctrica en su interior y sombras de operarios.
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Las obras para recibir el féretro del papa Francisco comenzaron hace unos días para cumplir el deseo del Pontífice de ser sepultado de forma sencilla en esta iglesia dedicada a la Virgen María.
En el libro Esperanza, su autobiografía publicada a mediados de enero, el papa Francisco dejó claro que cuando falleciera el lugar de su sepultura debía ser la Basílica Santa María la Mayor.
“El Vaticano es la casa de mi último servicio, no la de la eternidad. Estaré en la habitación en la que ahora custodian los candelabros, cerca de esa Reina de la Paz a la que he pedido ayuda siempre y por la que me he hecho abrazar durante mi pontificado más de cien veces”, aseguró.
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Además, toda la zona fue acordonada para evitar curiosos, pues ya este jueves decenas de personas acudieron a tomar algunas fotos de la que será la tumba del Papa o simplemente a curiosear.
La Santa Sede ha revelado cómo será la tumba del Papa: una losa de mármol ligur con la inscripción "FRANCISCUS" y una reproducción de su cruz pectoral. La sepultura se encuentra en un nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, en la basílica de Santa… pic.twitter.com/lC4kuqVSZR
— News Vaticano 🇻🇦 (@news_vaticano) April 24, 2025
No obstante, el Vaticano difundió este jueves la primera imagen de la sepultura: Pequeña y sencilla, con una lápida en el suelo con la inscripción “Franciscus” y una reproducción en la pared de su cruz pectoral, en plata y con la imagen del Buen Pastor.
El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, adelantó que el sepulcro podrá ya ser visitado desde la mañana del 27 de abril, un día después de las exequias.
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Francisco solía acudir a este templo ya desde antes de su elección en 2013 pero, a lo largo de sus más de doce años de pontificado, lo visitaba sobre todo antes y después de cada viaje apostólico para encomendarse a la Virgen “protectora del pueblo romano”.
Conocida también como Nuestra Señora de las Nieves, se trata de un ícono de origen bizantino de la Virgen con el Niño en brazos, muy venerado por los romanos y que la tradición sostiene que fue realizado por san Lucas Evangelista, el patrón de los pintores.
La última vez que Francisco oró a sus pies fue el 23 de marzo al salir del Hospital Gemelli de Roma después de 38 días ingresado por sus graves problemas respiratorios. Fallecería casi un mes después, el 21 de abril, a causa de
un ictus y otras complicaciones.
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El cuerpo del Pontífice fue expuesto en la Basílica de San Pedro del Vaticano para permitir a los fieles cada día darle el último adiós incluso más allá de la medianoche, hasta el viernes, cuando se clausurará el féretro.
Un funeral al estilo Francisco, sencillo
El sábado por la mañana tendrá lugar su funeral, al que acudirán autoridades de todo el mundo, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y después un cortejo fúnebre atravesará Roma con la caja para enterrarla en Santa María la Mayor.
Bergoglio, siempre fiel a su estilo humilde, dejó escrito en su testamento su voluntad de que el sepulcro esté “en la tierra, sea simple, sin un decoro particular” y solo señalado con una única inscripción: “Franciscus”, su nombre pontificio, en latín.
Además, los gastos de preparación de la sepultura serán cubiertos por un benefactor que encontró en vida y que permanece anónimo.
Fuente: EFE.